Serie de 8 recorridos por nuestro monte enseñándonos los balsetes y otros humedales que aparecerán periódicamente en este blog.
Grupo de amigos de los balsetes de Samper de Calanda; José Insa Fandos, Leocadio Marín Mateos, Ángel Cortes Plá, José Albaiceta Martín, Miguel Abós Bes.
Autor: Miguel Abós Bes.
Ruta Circular nº 8
La Pila Plana
Conduciremos
el coche por la parte media-baja del camino de Val de Calvadores, para girar a
la izquierda, hacia el Mas de Garrilla, que es el inicio del Camino de Val de
la Cestilla. Seguiremos hasta una bifurcación donde, antes, se observa a la
derecha un Pino aislado, en el ribazo (fueron cortados otros tres hermanos), y
un Mas de piedra, que en el pasado fue importante, ahora en ruinas, el Mas
de Falo. Recorrido con el vehículo 13 km.
En
el cruce, continuaremos por el camino de la izquierda, hasta que a unos
escasos 150 m, en una curva,
arribamos al Balsete de Falo, aparcamiento y punto de partida.
El
Balsete Falo estaba abandonado hace más de 60 años, como otros
muchos, ha sido rehabilitado por Pepe Insa y Leo Marín, de los Amigos de los
Balsetes. Una labor de seis o siete jornadas para quitar cañota, maleza, algún
arto y decenas de capazos de tierra, sacando también a la luz una hermosa pila
donde abrevaban las mulas. Igualmente han recuperado una larga agüera para
intentar la entrada de agua.
Bien
provistos de agua, iniciaremos esta Ruta especialmente interesante por algunos
vestigios de tiempos pasados que no logramos descifrar. Las laderas de ambos
lados del camino nos permiten observar rocas diversas, que nos hacen fantasear
por las diversas formas que presentan. Es bonito el paisaje.
Cuesta
tras cuesta, algunas pronunciadas, poco a poco, alcanzamos la planicie con un
Mas de buena piedra a la izquierda y como tantos otros, totalmente en ruinas.
A
1 km y justo a la derecha, el Balsete de Rainica, al que también algunos
llaman del Sardón. No es muy grande, pero admirable por una construcción
artesanal bien hecha, cilíndrico con piedra dura, no arenisca, y ¡cómo no! con
su pila para abrevar las caballerías. Los coscojos, enebros, esparteras,
romeros, tomillos, etc., enmarcan esta “joya”. La limpieza del balsete, las
“güeras” e igualmente los alrededores, que han realizado los Amigos de los
Balsetes, permitirá que vuelva a entrar el agua de lluvia en los temporales y
tormentas.
Nos
encontramos un firme con lastras de piedra irregulares, nos lleva al camino que
sube del Corral del Sardón, marcharemos por la derecha por una cuesta
larga y bastante pronunciada. Tras 20 minutos desde el balsete, y ya al final,
por camino llano, logramos alcanzar, a la izquierda, unas tapias ruinosas del,
en otro tiempo, enorme Corral de la Pila Plana.
Con
toda seguridad, la zona se denomina así, por la Balsa de unos 400 metros
cuadrados de losa plana, situada a continuación de un campo de labor, tras
girar en ángulo recto, a continuación de las ruinas. (3 km).
Al regreso de la Balsa hacia el Corral,
y a la izquierda, podemos ver dos rocas de forma cilíndrica, cada una con
círculo tallado y una pequeña cubeta en el centro. ¿Qué nos quiere indicar esa
construcción? También a escasos 25 metros, otra roca con una inscripción
numérica: 1019 o J019 o 7019. ¿? y cubeta en la parte central.
Bordeando el campo de labor y a
escasos 10 minutos, llegamos a un mojón indicador de término municipal con
talla de la caña de Alcañiz en la cara noreste. Enfrente, atravesando el campo,
las Pilas Catalinas y tres cruces, que representan el símbolo de la
Orden de San Juan, una de ellas preciosa. (4 km desde el inicio). El término
municipal pertenecía a esa Orden Religiosa. También hemos colocado montones de
piedras (mojones) como referencias.
Regresamos al camino principal y
caminaremos, hacia la izquierda, en dirección Este, escasos 25 minutos. Primero
hallaremos un Mas a la derecha, restaurado hace ya unos cuantos años, Mas de
Mestrico, (6,2 km), y un poco más adelante a la izquierda, el Mas de
Muerdemachos (o de Rubiel), con grabación en la losa del dintel de la
puerta de 1899 y altas piedras laterales; un poco más adelante, el Balsete
de Muerdemachos, excavado en el suelo y rodeado de piedras, con el acceso
de agua por debajo de una pila larga que permitía abrevar a las mulas. (6,8 km)
Poco a poco, y por terreno bastante
cómodo, nos aproximamos al Corral de Ciacero o también llamado de Sabina
(o de Clavero). (9 km). La antigüedad de esta construcción se
desconoce, pero se conserva parte de una bóveda de cañón, dos puertas de acceso
al interior, de gruesos muros y el cubrimiento de la techumbre, es de tierra.
La edificación es idéntica a la del Corral del Vedao en Val de Castellán.
Proseguimos por el camino de la
derecha del Corral, en ligera bajada hasta el Balsete del Aguardientero. Otro
Balsete limpio y arreglado, en condicione, por los Amigos de los Balsetes,
ya preparado para recoger el agua. Está situado estratégicamente en la
confluencia de tres caminos: el que hemos accedido desde el Corral de Ciacero;
a la izquierda el que enlaza con el de Val de Calvadores y el de la derecha, el
que inicia Val de la Cestilla en su parte alta.
Seguimos, pues, por la derecha,
bajamos una corta cuesta y a unos 15 minutos, tras tomar la izquierda, a la
orilla de un camino menos usado, observamos un arco rectangular, indicativo de
un pozo, se denomina Pozo del Tío Franco, con dos Mases, al fondo, en
ruinas. Como la mayoría es cilíndrico y en perfecto estado, sólo unas cuantas
piedras en el fondo. Si se limpiara y rebajara algo dicho fondo, situado a unos
7 metros, seguro que salía agua y no sólo en época de lluvias.
Ya nos falta muy poco. Seguimos
bajando, a la izquierda, un monte con forma cónica, y coronado por una roca
partida, corresponde a la Atalaya.
Opción: Si ascendemos por el camino que sigue la
ladera izquierda de la Atalaya, encontramos a la izquierda un Mas, en
ruinas, Mas de Mimbrero, con dos o tres pilas en su entorno; continuando
enfrente, rodeando la Atalaya, luego a la izquierda, en una pequeña sarda, a 10
minutos, el pequeño Balsete de Inocencio. La Cueva de los Mochuelos, está
hacia la izquierda, entre los pinos y en bajada complicada. Quizá su acceso sea
mejor desde Val de Calvadores, por un camino que cruza la Val y sube hasta que
faltan 300 m, por donde ya pasa a ser una senda.
Pero, muy probablemente, ya tenemos
ganas de finalizar, pues tres horas y cuarto no son… ¡moco de pavo! Arribamos
al coche y… ¡satisfacción general!
Nos ha resultado muy, muy
interesante el recorrido.
Ahh!! Y... ¡os esperamos! ¡Hasta la
próxima!
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