martes, 5 de noviembre de 2024

Comentario. “A toro pasado, todos somos Manolete”

 Este refrán español, quizá olvidado o desconocido para la mayoría, da cuenta de lo fácil que es efectuar pronósticos… a posteriori.

Ahora se suele decir: “a toro pasado, todos somos toreros” porque ya no nos acordamos de Manolete (un torero mítico del pasado). La imagen del toro evoca el riesgo, la incertidumbre, la perspectiva antes del lance. El “toro pasado” alude al momento posterior al lance, cuando ya se sabe por dónde y cómo le ha entrado al torero. Esto es, al conocimiento que se adquiere una vez que se tiene la perspectiva, cuando ya ha pasado.

Por lo que veo y oigo estos días, todos conocíamos lo que iba a pasar, cuando ya pasó el toro. Si se hubieran activado las medidas que decían los expertos, o sea, esos funcionarios supuestamente inútiles que originan un gasto supuestamente improductivo y caro a la ciudadanía, cualquier gobierno, el central o el automático, había recibido las críticas más bestiales de los partidos adversos, de los medios de comunicación afines, casi todos populistas y amarillistas, que se descojonarían como lo han hecho en otras ocasiones sobre la hipertrofia burocrática del Estado (ya se hizo cuando la pandemia), se habría quejado el empresariado, especialmente de la hostelería, pero también de la industria y del comercio como Mercadona que mandó a trabajar a sus empleados bajo amenazas veladas y hasta mando a repartir con furgoneta cuando era evidente (como vemos hoy), la que iba a caer. Y hasta de la propia ciudadanía ¿Cuándo hacemos caso a las alertas del clima? Si no creemos ni a nuestros políticos ni a nuestros funcionarios; que son todos unos vagos y maleantes (cuando no asesinos).

¿Cuándo se aplicará, en esto como en tantas otras cosas, el principio de prevención? Lo de Valencia es algo recurrente en la reciente historia conocida, esta vez peor que la catástrofe de 1957 (de la que me acuerdo perfectamente), porque han aumentado la edificaciones en sitios inundables y hay un 500% más de vehículos en las calles, mucha más población urbana que se ha desplazado a vivir en la costa de levante, porque se está ganando costa al mar para edificar y posiblemente por el cambio climático pero ahí no puedo hablar que no entiendo del tema, pero es algo que dicen cada vez más científicos y no se hace nada por adecuar la realidad urbana a las previsiones.

Ahora todo el mundo sabía lo que iba a pasar ¡que dimitan todos -dicen- o los de mi partido adverso, que los que vengan serán más listos que los de ahora! Pero Manolete era el mejor torero de todos los tiempos y le pilló el toro. Pues eso. Que nos pillará el toro. Porque no es un problema de malos o buenos gestores (que también y tiempo habrá de analizarlo y criticarlo, pero no ahora cuando la emergencia y la solidaridad es lo que toca); es, sobre todo, un problema del modelo de desarrollo que nos hemos dado y eso no tiene solución a corto o medio plazo. Tendrá que haber muchas desgracias como esta o parecidas para que se cambie de criterios de desarrollo. Como los niños la humanidad va aprendiendo a coscorrones y tropezones, si no acabamos antes entre nosotros mismos echándonos la culpa (los buenos a los malos), por supuesto.



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