Por José A. Espés |
Hola, soy el pozo de la loma, hace
unos días tuve una visita muy pero que muy inesperada, vi que venía una persona
andando y se paraba frente a mí. Al principio no lo reconocí, pero sus
facciones no me eran del todo desconocidas, él me miraba extrañado como si no
me reconociera.
Observé sus movimientos. Se
dirigió al cañar de la viña de la Chova, cortó una caña verde, la peló y la
espuntó; vino hacia mí, la clavó en el suelo y la hundió todo lo que pudo. En
ese momento sentí un gran zurriagazo y lo reconocí, el habanerico, bueno ahora
Habanero ya sesentón y entrado en arrobas ¡jajaja!, le reluce el pescuezo y
la foeta.