Cuando
era zagal el nombre de Filomena lo tenían muchas mujeres, pero, aunque había
una tal tía Filomena de grato recuerdo, y vecina mía, a la mayoría se le
nombraba con el apelativo recortado “Filo” o “Mena”; que
esta costumbre ya se daba antiguamente “La Filo y la Mena se han
ido a esbandir al lavadero” por ejemplo -se decía-. Yo pensaba que
eran dos nombres distintos, pero celebraban “el santo” o sea, la “santa” u onomástica,
el mismo día; me imagino que el día de Santa Filomena a la que, según la leyenda,
mandó matar el emperador romano Diocleciano porque no quiso casarse con él pues
era pagano y más malo que la tiña No sé si ahora las cristianas serán tan
escrupulosas como para no casarse con un emperador por no ser del mismo
partido, pero entonces parece que sí. Lo de “la maté porque era mía”, parece
que viene de lejos.