La Enciclopedia Mundial de las Relaciones Internacionales informa que en los últimos 5.500 años se han producido 14.513 guerras, con un saldo de 1.240 millones de muertos.
Está claro
que la guerra es el camino de la sinrazón, la alternativa al diálogo y al
pensamiento. Un general chino, Sun Tzu, en su libro sobre estrategias de
guerra, escribe que “La guerra es el mayor conflicto de Estado”, por
lo tanto, se debería estudiarla profundamente.
La guerra
nunca puede estar basada en razones legítimas y siempre responde a los
intereses de individuos que buscan poder a cambio de vidas, nunca las suyas,
por cierto. Pero dejemos la historia y analicemos el momento actual, y veremos
guerras que no aparecen en las noticias.
Etiopía. La guerra que se inició en noviembre de 2020 se
ha cobrado 100.000 vidas y 900.000 personas están muriendo de hambre. Este
conflicto, conocido como la guerra de Tigray, sigue violento un año después del
acuerdo de paz. Es un conflicto territorial de independencia.
Yemen. La guerra comenzó hace ocho años y la situación
no ha dejado de empeorar, generando 233.000 muertos y provocando 4,5 millones
de desplazados. Actualmente, los rebeldes hutís atacan embarcaciones
comerciales en la zona del mar Rojo. Esta es una guerra civil en la que Arabia
Saudita interviene a favor del gobierno de Yemen, e Irán apoya a los hutís.
Está considerada como la peor crisis humanitaria del mundo.
Myanmar. Solo en febrero murieron 10.000 personas. Desde
que el ejército tomó el poder en 2021, ha estado atacando indiscriminadamente a
la población civil y negándole cualquier tipo de ayuda.
Siria. Quizás no exista una guerra civil con más
intervención internacional. Iniciada en 2011 lleva 13 años sin solución
definitiva. Rusia ha utilizado este conflicto como campo de entrenamiento. Los
participantes oficiales incluyen el régimen sirio, la oposición, las fuerzas
kurdas, y los fundamentalistas del Estado Islámico (que hay quien dice que ni
es Estado ni es islámico), opera como una célula terrorista. La ONU estima
307.000 muertos, 6,8 millones de desplazados internos y 5,2 millones de
refugiados sirios en países vecinos.
Las guerras
que sí están, de momento, en las noticias son:
Ucrania. La guerra que comenzó en febrero de 2022 es una
escalada del conflicto entre Rusia y Ucrania que se inició en 2014. Además de
los miles de muertos, tanto civiles como soldados, Ucrania sufre el
desplazamiento de 7,2 millones de personas y otros 7,1 millones desplazados
internamente. A pesar de las demandas de paz de la ONU, Rusia persiste en su
objetivo de convertir a Ucrania en parte de Rusia, este es un claro ejemplo de
un líder; Putin, que desea pasar a la historia con el máximo poder. La verdad
que el régimen que manda en Ucrania no es precisamente democrático, es
autoritario de tendencias nazis, reprimió e ilegalizó a la oposición democrática
y llevaba años masacrando y matando, además de a los partidos opositores a la
población rusófila de Ucrania. Vamos, todas almas de la caridad.
La guerra de Ucrania corre el riesgo, si no se soluciona antes y pronto, y de momento parece difícil, que se extienda a toda Europa. incluida España. Espero no verla.
El conflicto
entre Israel y Palestina por el control de la región de Palestina data
de principios del siglo XX. El 7 de octubre de 2023, el grupo terrorista Hamás
atacó a israelíes durante la festividad de Sucot, causando 1.300 muertos, más
de 3.400 heridos y tomando entre 130 y 150 rehenes. Desde entonces, Israel ha
bombardeado persistentemente la Franja de Gaza, resultando en 35.562 muertos,
entre ellos 15.000 niños y 10.000 mujeres, además del aislamiento de
suministros de alimentos y medicinas. Un auténtico genocidio que pone al
gobierno de Israel al nivel de los terroristas.
Aún hay más,
pero por no ponernos catastróficos… Las guerras sirven como muestra de cómo
somos la especie humana: matamos porque no aguantamos a los vecinos y se aprovechan
unos pocos, aquellos que necesitan más poder para respirar, otros que hacen de
las guerras sus negocios y, por último, un conjunto de pervertidos que
necesitan matar para sentirse vivos.
Además, las
guerras siempre las pierden los buenos; prefiero la democracia en las
relaciones humanas que es la guerra por medios pacíficos (no nos vayamos a creer)
que, aunque ganen los malos o los menos malos y nos insultamos con agresión
verbal (como decía Gila), al menos no se mata a nadie.
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