lunes, 4 de noviembre de 2019

Reseña. Las palmeras de Samper de Calanda en peligro de extinción.

Autor: LUIS LAÍN

Hace 45 años planté en el "corral" una palmera que cabía en el maletero del coche. Con el tiempo ese "corral" está transformado en un espacio de recreo con jardín y la palmera ha crecido hasta alcanzar su tronco una altura de 5 metros; podríamos decir que es el símbolo de la casa.
Hace menos de un mes, al llegar a Samper por la carretera de Hijar, me llamó la atención ver la palmera de la casa de la entrada "decapitada", seguramente por el picudo rojo, así que al llegar a casa miré mi palmera y me pareció que estaba como siempre.

Mi cuñado Miguel me comentó que había visto un escarabajo rojizo en su jardín y empezamos a sospechar que podría ser el maldito picudo rojo así que en Zaragoza acudimos a Gilca donde nos aconsejaron dos opciones principales:
 PRIMERA. -
Una trampa específica para el picudo rojo de la palmera (rhynchophorus ferrugineus).
Consiste en un recipiente cilíndrico rojo, como el de la siguiente foto, de cuyo tape se cuelga, con un alambre, un artilugio que contiene unos atrayentes de feromonas y cairomona
 










SEGUNDA. -
Consiste en inyectar en el tronco una sustancia nutritiva que facilita la revitalización y activación de las defensas de la propia palmera, añadiéndole un insecticida sistémico. Es un botellín de plástico presurizado que se inyecta con un tubo de plástico en un agujero hecho con una broca de 30 o 40 cm y allí debe estar al menos 48 horas


 










Lo malo es que no se ha salvado porque el picudo rojo ya había dejado sus huevos y al eclosionar las larvas horadan las hojas por su unión con la palmera como si fueran carcoma, pero a lo grande, de 3 a 4 centímetros.
Hace un mes aproximadamente la podaron y no se detectó nada porque atacan las hojas que están naciendo en el cogollo.
Me he quedado sin palmera; la ventolera del domingo día 3 por la mañana ha tirado al suelo más de media docena de hojas que estaban agujereadas por las larvas que ya se habían encerrado en sus capullos a la espera de que salgan nuevos picudos rojos y sigan extinguiendo palmeras.
Para evitar su proliferación he chafado los capullos que estaban por el suelo y "apuñalado" con un destornillador los que estaban en los agujeros de la base de las hojas y en lo alto de la palmera...



 ESPERO QUE ESTE RELATO SIRVA PARA QUE NO SE      EXTINGAN LAS PALMERAS.

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