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La resolución del
caso de los ERES de Andalucía ha servido para que los partidos o corrientes
sociales que no son afines al PSOE, pero están también sumidos en casos de corrupción,
se consuelen. La verdad es que los casos de corrupción institucional en España
aterran, sobre todo en las comunidades de Madrid, Cataluña, Valencia, Murcia y
Andalucía; en las demás también la hemos tenido, pero a menor nivel y no desacreditan totalmente a los partidos como tal o a las instituciones.
Los partidos nuevos
que no están tocados por la corrupción harían muy bien en no creerse
inmunizados con su superioridad moral; ahora que han entrado en las
instituciones, si quieren mantener la pureza, aunque hayan entrado sin mochila,
deben saber que en las instituciones hay mochilas de repuesto, maletines con
mucho dinero, “pagos en trasferido”, incluso cosas más cutres como sobres, que se dan sin que se note, o a lo bruto,
como las taleguillas en las que sé llevaba “Roldan” el dinero de “los fondos reservados”
para combatir el terrorismo.
Se dice que esto
de la corrupción pertenece al pasado y que se está juzgando y condenando a los corruptos
de otra generación, la del 78, o que no es corrupción si no ha servido para
llenarse los bolsillos de nadie en particular, sino que se ha aprovechado para
financiar a su partido o la guerra sucia del Estado contra el terrorismo y la
delincuencia (en general suele haber bastante tolerancia de la población sobre
esto último).
Bueno. A unos
cuantos jueces y juezas se les han apartado del caso, incluso de su carrera
judicial por haber iniciado expedientes que luego se han confirmado como
ciertos, y está “el caso Puyol” que nadie quiere tocar, ni siquiera los más furibundos
anti catalanistas, porque si “podan la rama caerá todo el tronco” o “pueden
tener una propuesta que no van a poder rechazar”, y ahí tenemos a la “familia”
llevando el dinero de paraíso fiscal en paraíso fiscal, a ver si despistan a
los alguaciles de la Hacienda Pública, con la complicidad de gente muy
poderosa, porque si no fuera así no podrían hacerlo.
También conviene
decir que a veces confundimos la hipertrofia burocrática de las instituciones con
corrupción, que no es lo mismo; hay que intentar eliminarla o disminuir la
burocracia superflua (la otra es necesaria), pero no es corrupción ni conduce a
ella irremediablemente (por ejemplo los de VOX están en contra de que se
financie a los partidos y sindicatos pero “aparan el saco también; “hoy no,
mañanaaaa…, ajustaremos cuentas”), En realidad están en contra de que haya
partidos, pero mientras los haya “no vamos a ser menos que los demás” -dice Santiago
Abascal-.
Queremos ignorar
que si hay corrupción en las instituciones es porque la actividad económica
privada y el mundo empresarial y financiero es muy corrupto, y la sociedad en
general somos tolerantes con la corrupción. Si no fuera así la política
profesional no tendría oportunidad de corromperse.
Por si había duda,
yo también soy algo corrupto y “el que esté libre de pecado que tire la primera
piedra”. Siempre he dicho que si hubiera tenido la seguridad de cobrar la
pensión que cobro sin haber cotizado, no lo habría hecho, pero afortunadamente
para mí no tenía esa seguridad o me obligaban a cotizar; a veces he pagado en
“negro” para ahorrarme el IVA, me bajo si puedo películas y series gratis de
Internet y además, si el ayuntamiento de mi pueblo da bocadillos o ágapes para
determinadas fiestas, voy a gorronear, pero creo que soy un grano minúsculo de
un gran cuerpo putrefacto; algo tendremos que hacer si queremos curarnos (dejar
de ir a gorronear del ayuntamiento no, que para eso pago también impuestos y
tasas). aunque soy relativamente pesimista; venimos de la cultura e
idiosincrasia picaresca de la España imperial de los Austrias y de la “Contrarreforma”
y aunque nos vamos modernizando poco a poco, la regeneración va para largo.
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