miércoles, 6 de noviembre de 2019

Comentario. Vuelve Puerto Hurraco y los "Santos inocentes".


Confieso que no vi el debate electoral; algo extraño para una persona aquejada del síndrome de la política como yo. Pero tanto debate en los medios y en las conversaciones del bar ya ha sobrepasado la dosis que necesito tomar y los efectos secundarios me están afectando. Hace unos meses dije que no iría a votar paro me arrepiento porque sufro dependencia, o sea, “mono”, y que haya elecciones y no vote resulta que favorece a quienes menos queremos que gane. Así que voy a votar para joder al contrario. Si se puede, que a lo mejor no. Somos así de cabrones, pero no solo yo; creo que casi todo el mundo, aunque hay quien vota sin odio, con ilusión, con convicción y hasta con fanatismo por los suyos. Yo voto por que soy fatalista, melancólico y algo masoquista.

No vi el debate porque a esa misma hora comenzaba en la “dos” una película de la serie “del Comisario Montalbano”, una serie preciosa que me gusta volver a ver aunque la haya visto veinte veces. Se de el caso de que esta que echaron el día del debate no la había visto o no la recordaba que ya tengo el disco duro viejo; de todas maneras aunque no hubieran puesto esta serie habría buscado una reposición de “La que se avecina”, una serie esperpéntica de la vida cotidiana de la sociedad española, despreciada por las élites culturales sean estas carcas, conservadoras o progresistas, a las que no les gusta verse reflejadas por la realidad; prefieren inventarse su mundo y crean comedias malas de su mundo imaginario como hacen la mayoría de los políticos que se presentan a las elecciones.

Para mi la política institucional no está en la realidad; y sus obras no son ni comedia ni drama; solo esperpento. En un futuro, alguien con talento, hará una buena serie de televisión con todo lo que está pasando.

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