miércoles, 31 de diciembre de 2025

Artículo. Ya queda menos para las elecciones municipales

 Si, ya sé que cada cual interpretará mis opiniones como les dé la gana o pueda; soy relativista, inconcreto, dubitativo, creo que anti dogmático; pretendo ser dialectico, aunque reconozco que es muy difícil pues tengo ideología y eso tiende a la fe indiscutible y al adoctrinamiento.

No creo en las verdades ni en las mentiras absolutas pues considero que toda verdad lleva implícita una pequeña mentira que puede ir a más, y toda mentira lleva implícita una verdad, aunque sea también pequeña, y que puede ir a más y convertirse en verdadera. A veces intento emplear la retranca y la ironía, pero si no lo hago bien, y no siempre lo hago bien, se interpreta como un insulto. No significa que quien me lea no tenga sentido del humor, es defecto mío.

No me gusta hablar de política en los bares, ni en los corros o roldes de vecinos, donde cada cual quiere tener razón y no nos escuchamos unos a los otros. Prefiero que mis opiniones queden por escrito.

Todo este preámbulo lo digo para hablar críticamente del ayuntamiento de Samper; no de sus decisiones externas, sino de su organización interna, modestamente, como le corresponde a cualquier samperino que paga contribución y tasas en Samper y más si está empadronado en el municipio.

1. En primer lugar; considero que la mayoría de gobierno del ayuntamiento tiene toda la legitimidad para serlo; lo ganó limpiamente en las elecciones locales últimas con cuatro concejales. Otras listas consiguieron 2 (el PP) y 1 (Ganar-IU), No comparto que el PSOE de Samper compre los votos de los ciudadanos del pueblo a base de meriendas y lifaras; eso es ofender a la inteligencia de los electores; ya no estamos en la España del siglo XIX y principios del XX, donde la gente era analfabeta, pobre de Solemnidad y criados de los caciques y de los ricos del pueblo o de la comarca. Incluso mucha gente colabora poniendo tiempo, trabajo y viandas en algún evento desinteresadamente. Es cierto que en algunos de estos eventos donde se da comida gratis se producen actitudes bastante impresentables por parte de algunos, pero tienen más que ver con la falta de modales y vergüenza que de gorroneo, y la mitad, supongo, no votan o no votan al PSOE.

2. Vox no consiguió ningún concejal, con lo cual privó al PP de otro concejal más, que sin duda habría ido a costa del PSOE, aunque nunca se sabe si quienes votaron a Vox habrían ido todos al PP, a otros partidos o a la abstención. Lo cierto es que difícilmente habrían ido al PSOE. El PSOE no consiguió esta vez la mayoría de los votos válidos emitidos, lo cual le debería hacer reflexionar a este partido. Es muy difícil que en las próximas elecciones locales el PSOE consiga la mayoría.

3. En Samper difícilmente se conseguirá un gobierno local PSOE-IU, a medio plazo. Más bien habría conjunción IU-PP-u otro de centro izquierda, aunque esto pueda parecer “antinatural”. Ya ha pasado en otros pueblos como en Andorra, que posibilitó que IU gobernara varias legislaturas allí. Las lógicas locales no tienen que ser igual que en las autonómicas o generales.

No entiendo el desencuentro entre la mayoría de gobierno y la oposición; está claro que se “llevan a matar”, pero esta situación le corresponde resolverla a quienes tienen el poder en el ayuntamiento; lo normal sería una mesa de partidos (de 3), siempre antes de cada pleno para poner las cosas en común, hacer el orden del día e intentar el consenso. Si no se consigue, siempre ganaría en el pleno el que tenga la mayoría que, además, de derecho y de facto, es la que tiene la razón política, aunque no fuera la moral, y ya está. El PSOE de otras localidades y comarcas, donde son minoría, se queja con razón de que los tienen “como si no existieran”, como invitados o tolerados “convidados de piedra”, pero en Samper hacen lo mismo con la oposición. Eso significa que ocurren estas cosas en muchos pueblos, el sectarismo es grande, pero, no se debe aplicar la lógica parlamentaria en un Ayuntamiento de un pueblo; son siete, menos que en la junta directiva de mi comunidad de vecinos de Zaragoza; todos unidos y bien amistosos se puede hacer algo, así nada productivo.

Por supuesto la oposición no debe asumir la lógica de decir a todo que no por sistema, pero esta dinámica se da cuando la oposición no cuenta para nada y se le margina (o esta es endeble e incapaz de ofrecer alternativas), pero no veo yo que sea así en Samper, donde la minoría propone cosas aunque acude a los plenos sin gran conocimiento de las propuestas que propone la mayoría, que ya sabe que saldrán adelante cuando se voten sin necesidad de grandes argumentos,

 Por lo que veo en los plenos a los que he acudido, estos se resuelven leyendo el alcalde o el secretario el punto del orden del día; los de la oposición votan que no, sin conocimiento profundo de lo que se vota y los concejales de la mayoría (que se supone que si lo saben), no se manifiestan, se limitan a levantar la mano a favor de lo que dice el alcalde,

Por último, considero que, Samper, acarrea una decadencia cada vez más visible del Ayuntamiento, sin embargo, hay una fuerte vida asociativa que me sorprende. Hace unos años escribí un trabajo sobre El asociacionismo en Samper de Calanda, pues este ha ido a más, a pesar de la continua perdida de empadronados, pero es que en los pueblos no son solo los empadronados, son activos ciudadanos, como digo muchas veces, los que pagan contribución y tienen casa abierta, aunque la legitimidad de quien compone un ayuntamiento la den los empadronados que votan en las elecciones municipales: Dos cofradías, club de futbol, ciclistas, Tiro al plato, Amas de casa, Cachirulo,  Centro de mayores, padres de alumnos, cazadores, Pan y Morada, Balsetes…, y frente a la perdida de algunos bares y establecimientos se mantiene algún taller y empresas locales (pocas eso sí), sin olvidar el Karting de la que poco se habla; no quiero nombrar a las nuevas granjas y placas del secano que crean opiniones encontradas.

La pérdida del sector ferroviario y de Endesa marcaron la decadencia del pueblo; la agricultura y ganadería, otra hora importante, está bajo mínimos con la huerta abandonada; producto también de un gran enfrentamiento que tendrá sus causas pero que yo no entiendo (no he sido agricultor ni pastor ni se de regadíos).

A pesar de todo, no creo yo que la situación de decadencia del pueblo sea culpa de este ayuntamiento ni de los anteriores; la culpa es del modelo de desarrollo que margina brutalmente a la España despoblada del interior, pero todos unidos se podría revertir algo la situación, desunidos imposible.

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