martes, 31 de diciembre de 2013

Charrada: ¡¡ Feliz año 2014!!


          “Nos van a dar las uvas” es una expresión que usamos cuando tardamos en hacer algo. Lo hacemos para apurar a la persona y evitar más retrasos en un trabajo. Lo que queremos decir es que si no hacemos algo pronto, vamos a llegar a Nochevieja sin haber completado un propósito.
          En la Nochevieja es tradicional tomar las “doce uvas de la suerte” por cada campanada de medianoche.   
          Las doce uvas se supone que es un invento de los comerciantes del siglo XIX para buscar salida a un gran excedente de uva. La uva se consume fresca y la variedad más usada es la de Vinalopó. Lo cierto es que quien no se come las uvas con las campanadas se le considera un bicho raro. Que los hay. Yo me las tomaré con cava; no sé si aragonés o catalán porque tengo una enorme diarrea mental con esto del cava.  Mira, el otro día me hice un menú para mí solo que pensaba acompañarlo con un cava. No me ponía de acuerdo conmigo mismo entre un buen cava aragonés y otro catalán (alrededor de 15 euros), al final como soy un tacaño me compre una botella de sidra asturiana que estaba de oferta a dos euros o poco más.

SABER MAS SOBRE EL TEMA SACADO DE LA WIKIPEDIA:
 El 2 de enero de 1884 “El siglo futuro” incluye un artículo del día anterior de El imparcial titulado “las uvas bienhechoras” en las que se habla de la costumbre “importada de Francia, pero ha adquirido entre nosotros carta de naturaleza”.
En 1894 en El Correo Militar: “La imperecedera costumbre de comer las uvas al oír sonar la primera campanada de las doce, tenía reunidas en fraternal coloquio a infinidad de familias, y todos a coro gritaron: ¡Un año más!”
La primera referencia escrita sobre las doce uvas aparece en la Nochevieja de 1895, en esta fecha fue el Presidente del Consejo de Ministros quien despidió el año 1895 con uvas y champán.
El origen de la tradición de comer las uvas tiene un precedente: un bando municipal del alcalde de Madrid, José Abascal y Carredano, de diciembre de 1882, por el que se imponía una cuota de 1 duro (cinco pesetas) a todos los que quisieran salir a recibir a los Reyes Magos. Esta tradición servía para ridiculizar a algunos forasteros que llegaban esos días y a quienes se les hacía creer que había que ir a buscar a los Reyes Magos la madrugada del 5 de enero; se utilizaba, además, para beber y hacer cuanto ruido se quisiera. Con este bando José Abascal privó a los madrileños de la posibilidad de disfrutar de un día de fiesta en donde se permitiese casi todo. Esto, junto a la costumbre de las familias acomodadas de tomar uvas y champán en la cena de Nochevieja, provocó que un grupo de madrileños decidieran ironizar la costumbre burguesa, acudiendo a la Puerta del Sol a tomar las uvas al son de las campanadas. Estos son los antecedentes que dieron lugar a esta costumbre.
El inicio de esta tradición española no comienza en 1909, como se cree, sino, al menos, en diciembre de 1896 en la Puerta del Sol madrileña.
La prensa madrileña ya comentaba en enero de 1897: “Es costumbre madrileña comer doce uvas al dar las doce horas en el reloj que separa el año saliente del entrante”. Al año siguiente la prensa animaba a esta tradición con un artículo titulado “Las Uvas milagrosas”.
La tradición marca tomar las doce uvas a los pies del reloj de la Puerta del Sol, pero esta tradición provocó tanto interés que ya en 1903 las uvas también se comían en Tenerife y poco a poco se fue ampliando al resto de España, aunque la tradición marca que deben tomarse en la Puerta del Sol.
La prensa de 1907 se queja de que esta tradición, supuestamente importada por los aristócratas de Francia o Alemania, se haya arraigado tanto en la sociedad y la clase más baja la haya adoptado cuando en sus primeros años se burlaba de esto.
Esta tradición ya se conoce en toda España en 1903,10 aunque no será hasta años después que se extienda a todo el territorio nacional.
Aunque queda claro que la tradición, documentada desde diciembre de 1897, algunos la retraen a 1880, pero sentando en diciembre de 1896, el inicio cierto de la tradición de comer doce uvas al compás de las doce campanadas del reloj de la Puerta del Sol.
En 1909, agricultores levantinos de Murcia y Alicante, encontrándose en ese año con excedente de uva y con objeto de sacar al mercado la producción, lograron popularizar la costumbre y darle el impulso definitivo que, desde entonces, acabaría por convertirla en consolidada tradición.
Wikipedia.

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