Por José A. Espés |
Hola, soy el pozo de la loma, hace
unos días tuve una visita muy pero que muy inesperada, vi que venía una persona
andando y se paraba frente a mí. Al principio no lo reconocí, pero sus
facciones no me eran del todo desconocidas, él me miraba extrañado como si no
me reconociera.
Observé sus movimientos. Se
dirigió al cañar de la viña de la Chova, cortó una caña verde, la peló y la
espuntó; vino hacia mí, la clavó en el suelo y la hundió todo lo que pudo. En
ese momento sentí un gran zurriagazo y lo reconocí, el habanerico, bueno ahora
Habanero ya sesentón y entrado en arrobas ¡jajaja!, le reluce el pescuezo y
la foeta.
Sentado en el suelo se quedó
sondormido y soñó, soñó que a través de la caña podía hablar conmigo; al
principio con dificultad, pues estas cosas no pasan todos los días pero al
final lo conseguimos.
Hola Habanero, te sorprende verme
así canijo y seco ¿verdad? Recuerdas cuando podía dar de beber a 50 o 60 ovejas
a la vez; que cantidad de agua brotaba, que orgulloso me sentía de dar agua
fresca en verano y templada en invierno, era salobrosa pero todos bebían, los
ganados de Samper y los del señorito de Hijar.
Yo tenía mi cohorte: ranas,
zapos, cucharones, algunas culebras de agua y según decían los pastores viejos,
Julián el Habanero, Manuel el Menudo y Rafael el Andrade, en primavera se veían
pocas tortugas.
Lo que más me gustaba oírles decir era que yo tenía papeles,
que la sociedad de montes de Samper era propietaria de las dos juntas y media
de terreno de la Val donde yo estaba. Los ganados podían sestear y pasar de un
lado a otro del término sin pisar la dehesa del señorito. Me gustaría saber
dónde están esos papeles y quien los tiene pues ya decía el tío Andrade que los
de Hijar tienen mucha mano en Teruel, en Zaragoza y hasta en Madrid, así que
mis papeles ya puedo empezar a darlos por perdidos y sin papeles nada de nada.
Recuerdo los veranos de abundante
agua, veníais Joaquín el Tacho y su perro Peladillas y tú, habanerico con tu
perra Carolina, los capuzabais para quitarles las pulgas que en el agua salada
tenían poca vida.
Recuerdo un día muy malo, muy
malo y nefasto para mí. Vino un cacharro grande echando humo y haciendo un
ruido ensordecedor, empezó a echarme tierra y tierra, y más tierra hasta que me
llenó. Yo veía que mi cohorte de animales, las junqueras marinas, el lastón y
la hierba del prado desaparecían por momentos, enterradas, las espicharon y yo
quedé en nada. Solo un recuerdo romántico para caminantes.
Pero un día, la naturaleza hizo
de las suyas, en invierno el agua empezó a marcar mi sitio.
Otro cacharro grande, echando
humo y haciendo ruido vino hacia mí, llevaba unos hierros grandes, curvos que
arañaban la tierra y pensé, ése se zampa, ése se zampa y yo ni pude ni quise
aguantar su peso y comenzó a hundirse.
Hubiera corrido la misma suerte
que mis plantas y animales muertos, si no hubiera podido salir por la
ventanilla.
Anécdotas aparte, cuéntales a tu
gente de Samper que Yo, el Pozo de la Loma, me gustaría volver a ser
el de antes,
tener agua, mi cohorte de animales y plantas, que Vicente el Vitorián, José María
el Caparro, los hermanos Gracia los Cañiceros los últimos que vi volvieran con
sus ganados a beber y sestear, tener mis papeles y ser tan samperino como
vosotros.
Gracias por escucharme Habanero.
Poco a poco, la caña se soltó de
mis manos y me desperté un tanto atolondrado y confuso por la experiencia
vivida; me puse a andar hacia Samper por Val Primera abajo pasando por los
cañares de Farraca, los Cuatro Cuernos y Val de la Chueca.
Cuando llegué al Pozo Caracol me
encontré a mi amigo Chuel que bajaba por el camino del Zafranar, después de
saludarnos le conté lo que me había pasado en el Pozo de la Loma. Se rió con ironía
y algo de chufla pero acto seguido se quedó serio y me dijo: Habanero, porque
no lo escribes en mi blog, así la gente sabrá cómo está el pozo. Yo le contesté
¿Por qué hablas con palabras yanquis?, bueno, publícalo en tu libreta pues si
conseguimos que vuelva a ser como era, recuperaremos el pozo de desierto y que
algo tan singular puedan verlo
generaciones venideras.
¡¡ SALVEMOS EL POZO DE LA LOMA!!
Autor: José Antonio Espés "el Habanero".
Enlace: Salvemos el pozo de la Loma (2)...
Enlace: Paseo no virtual por el Pozo de la Loma y alrrededores...
Autor: José Antonio Espés "el Habanero".
Enlace: Salvemos el pozo de la Loma (2)...
Enlace: Paseo no virtual por el Pozo de la Loma y alrrededores...
¡¡MAGNIFICO!! Juan José Vernet Almolda
ResponderEliminaruna historia preciosa tenemos que hacer algo entre todos
ResponderEliminarmaria jose
bonico ha quedau
ResponderEliminarSi señor un buen reportaje, estos son los que les gustan a la gente llana, ha quedado muy bien ¡ venga a salvar ese pozo!
ResponderEliminarCuantas cosas tenemos en Samper que a mi particularmente me gustaría conocer mejor, Gracias Habanero por poder disfrutar de parte de la historia pequeña pero muy humana de mi pueblo.
ResponderEliminarMuy majo, en tu linea, siempre buscando la vuelta y tirando dardos, , enhorabuena
ResponderEliminarmuy buena la historia pero, ¿donde está o estaba el pozo en de la Loma?
ResponderEliminarMuy buena pregunta Miguel, si tu no lo sabes..., pero lo averiguaremos. Aunque habrá que llevar una caña hueca para poder hablar con el (con el pozo).
EliminarUn cuento estupendo.Felicidades Habanero. Espero nos dejes una narración de éstas de vez en cuando.
ResponderEliminarOjalá se convierta en realidad y vuelva a verse d nuevo ese remanso d paz, pero con agua cristalina. Y tu Habanero no cambies nunca mañoooo
ResponderEliminarUna narración humilde y hermosa, que debería verse complementada con la recuperación de ésta balsa.
ResponderEliminar! Gracias Habanero ¡
Estas historias son precisas para no olvidar nunca los orígenes.
Y afrontar con ilusión nuevos retos de futuro.
Muy buena historia Habanero, preciosa!!!
ResponderEliminar¿Ves como todo llega?. Ya te he leído, y aunque no conozco los lugares de tu pueblo,la historia me parece muy bonita. Sigue escribiendo que la gente te lo agradecerá.
ResponderEliminarMuy buen texto, Habanero. Entrañable y con razón, con la vista puesta en el mañana. Conociéndote un poco, solo una persona como tu podría escribirlo así. Sigue adelante. Te felicito !!!!!!
ResponderEliminarBuena hasta historia y bien contada, un placer este relato
ResponderEliminarTeneis que decir donde estaba y una foto del lugar, será un sitio mítico aunque no vuelva a ser pozo.
ResponderEliminarPerico Lospalotes.
No esperaba menos de tí, Espés. El lenuaje de la comarca se entiende perfectamente. Enhorabuena.
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