Se acabaron las fiestas mayores, para mi estuvieron bien salvo alguna cosa poco presentable pero que no la digo porque ya se sabe de qué va y no quiero aparecer otra vez como aguafiestas y cansino.
No ha pasado
en este pueblo casi nada importante, bueno, que ha fallecido mucha gente, tanto
de vecinos empadronados como de “samperinos por el mundo” que en una
población tan envejecida como Samper es un drama doble. Especialmente dramática
ha sido la muerte de Isabel y Miguel Antonio. Para mi algún pariente o amistad
querida ya mayor y un buen amigo mío no tan mayor: Salvador Mombiela “Pajarico”.
El Samper C.F.
ha comenzado la liga que posiblemente ganará. De momento no ha habido
restricciones de agua; a ver si seguimos así y los malos augurios no aparecen.
Esperamos y
deseamos que nuestro alcalde se recupere del accidente que sufrió a las puertas
de las fiestas.
Si nos vamos
más afuera, en Aragón u otras regiones, tenemos lo ocurrido en el centro de
atención de menores de Ateca en la que han ido varios educadores a la cárcel
por educar a ostias a deficientes mentales como en una película de terror; el
Cipotegato de Tarazona que es una manera divertida de gastar los tomates que no
se venden porque los pagan mal (para tirarlos por las calles de Zaragoza, como
suelen hacer, mejor así) No entiendo este derroche, pero la gente se divierte.
La llegada masiva de emigrantes (puede ser una buena manera de mejorar la
plantilla del Real Zaragoza como ha hecho el Real Madrid), o los toros
embolados de los pueblos de la serranía turolense que no les producen dolor por
qué no se quejan y, quien no llora, no mama ni sufre, ya se sabe, es todo mente
y los toros tienen menos mente que la especie humana que no es que la hayamos
desarrollado mucho más (ambas especies somos mamíferos superiores que se
separaron en la prehistoria en diferentes líneas del proceso evolutivo).
Sigue lo de
Cataluña y las implicaciones de parejas de personajes relevantes como las del
señor Sánchez y señora; doña Ayuso y querido; Mortadelo y Filemón, y Pepe
Gotera y Otilio, u otras parejas que no las conoce ni la madre que las parió
pero que aparecen por las tertulias de la televisión cada vez más culta, sesuda
y formativa.
El chaval que
pronostica el tiempo observando a las hormigas dice que va a llover mucho en
otoño porque las obreras están trabajando más, aunque los machos, que son unos
zánganos, siguen sin dar un palo al agua. El economista Santiago Niño Becerra
pronostica grandes catástrofes (ya ha acertado alguna), Es de los economistas
en los que más creo porque dijo que si se siguen encareciendo los alquileres de
la vivienda y la vivienda misma, al final habrá que irse a vivir a los pueblos.
Tambien alerta sobre el cambio climático y que por finales de año vendrá otra
ola de calor, aunque cree que lo peor puede ser el turismo masivo que dejará
pequeñico a lo de los domingueros o una conflagración atómica pues ya compran
esas bombicas hasta los chicos en las ferias.
Menos mal que nos queda San Agustín y en el pueblo quedan aún veraneantes.
¡¡ VIVA SAN AGUSTÍN !!
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