Recopilación. Novena de Santa quiteria.

          Aunque no soy muy creyente, más bien poco, pues soy escéptico, seguidor del filósofo griego Pirrón que decía que “Yo no afirmo nada, solo opino” (si A es B y B es C, entonces A es C, dicen los escolásticos; Pirrón decía: si A es B y B es C, A no tiene por qué ser C necesariamente), tal y como está la cosa con esto del coronavirus, y por si nos falla la ciencia, me estoy preparando para recurrir a la siempre santa y virgen Quiteria (no sé porque este título de virgen, pues no era virgen sino santa, eso sí, antes de santa supongo que sería beata; virgen solo es María, creo yo, y por supuesto Jesús que trascendió ya la virginidad con la resurrección -dicen que es Dios pero eso no me cuadra-), aunque el santoral cristiano se fue complicando y a veces se pasaba de pecador hereje a santo saltándose la escala jerárquica.

          Bueno, he ido a buscar el librito de la novena de Santa Quiteria, que heredé de mi madre, de una edición de Caspe seguramente de mediados del siglo pasado y mirando en papeles antiguos me ha aparecido otra edición más antigua todavía del año 1900 que perteneció a mi abuela Eusebia Latorre Tomás (”la del horno”), porque casó y enviudó de un “Pelicos”, llamado Vicente Martín Lorén. He decidido escanear este último librito, aunque son prácticamente igual los de las dos ediciones.

          Pueden bajarse las imágenes y conservarlo, he incluso copiarlo con impresora. Siempre he creído que además de que Santa Quiteria es eficaz contra el virus de la rabia también cura multitud de enfermedades víricas, bacteriológicas y psicopáticas.

          Contiene: la novena, los gozos, indulgencias y otras disposiciones. Si no nos salvamos de esta vida, nos salvaremos en la otra; con total seguridad.

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