Este artículo de más abajo lo escribí hace dos años (el 14 de agosto de 2022); este año poco que añadir, salvo que me ha parecido ver menos gente que en el año 22 y 23 (aunque tampoco mucho menos). Lo de volver a traer las vaquillas parece que ha tenido buena aceptación, veremos si esto se consolida, pues en Samper, al contrario que en otros pueblos de la redolada, nunca hubo personal para participar y tirarse al ruedo.
Lo de los decibelios atronadores, tanto de algunas peñas como del Pabellón, siguen igual que otros años y no se espera que se ponga solución, a pesar de que año tras año aumenta el malestar y el cabreo entre la gente de mediana edad y mayores, de momento cabreo contenido, veremos hasta cuándo. La respuesta es que son fiestas, y parece que esto lo justifica todo.
Y la salubridad de algunas peñas, bajo mínimos, a nivel de país subdesarrollado, ni está ni se espera que se resuelva; tampoco hay voluntad de las autoridades en que se resuelva, aunque en caso de que se registraran problemas o apareciera una inspección de Sanidad, el Ayuntamiento tiene una responsabilidad subsidiaria. Tampoco están ni se les esperan a los actos oficiales a las concejales de la oposición salvo en las fiestas religiosas a la que van las concejalas del PP (solo faltaría eso, cuando van a misa y bajo palio todo el centro izquierda que se supone que son aconfesionales y poco o nada píos (o casi todo centro izquierda, porque el concejal de Ganar-IU, no es de ir mucho a misa y está desaparecido de los actos oficiales). No sé si es que no cuentan con el/ellas o es que se inhiben, pero la plural oposición representa a la mitad del pueblo.
Sin embargo, si se hiciera una encuesta entre empadronados y residentes, salgo por estos mínimos detalles, creo que la puntuación del 1 a 10 estaría cerca del 10.
Por lo general, en las críticas a lo que sea, se tiende a dar un 0 raso o un 10, sobre todo si entra por el medio la política. Los términos medios parecería que no existen. Mi valoración sobre las fiestas de este año está en el 8 más o menos, o sea, tirando a buena sin ser sobresaliente. Influye mucho, para que sea solo un aprobado alto, seguramente, que ya soy mayor y las fiestas en honor al santo distan mucho de ser las de mi época, o quizá no tanto; a lo peor quien dista mucho de ser lo que era, soy yo, que ya prefiero las post fiestas con su relax, que las fiestas con su frenesí.
Veía una peña de jóvenes, muy adolescentes, decrépita,
sucia y cutre, donde no me metería yo ni borracho de vino y ya madejaba
en mi cerebro como se podían meter en eso tan mugriente las generaciones de hoy
en día. Luego recapitulé en mi tozuelo y me acordé de una de las
primeras peñas que hicimos en Samper un grupo de amigos que era peor que esa a
la que cito, pues entonces solo teníamos un tocadiscos y sangría sin hielo en
una tinaja, y los jóvenes de ahora tienen nevera electrónica y unos altavoces
supersónicos capaz de reventar los oídos al más fuerte de los vecinos
circundantes a la peña.
Otra cosa; en las actuales, había chicas asistentes junto
a los chicos y se encontraban, igual que ellos, tan ricamente. En la que yo
digo, de mis tiempos, venían las jóvenes, veían el tugurio y huían despavoridas
ante la mugre y la suciedad manifiesta. Ahora no, parece que la igualdad ha
llegado por fin a los dos sexos.
Nunca había visto tanta gente en las fiestas de agosto,
creo que es una opinión compartida; se nota que el personal tenía ganas de
fiesta después de los dos años de pandemia. El día de las carrozas fue tremendo,
y el que hubiera participación de majas de tres años contribuyo a ello. Quizá,
en los dos o tres años anteriores a la pandemia, a pesar de las pocas majas o
majicas participantes, las carrozas fueron más creativas y originales, No sé cuál
fue la premiada, pero a mí la que más me gustó fue la de la catapulta.
Seguramente habrá opiniones para todos los gustos.
Lo de hacer el vino español en la Placica, un acierto,
yo llegué tarde porque no estaba dispuesto a pasar el tremendo calor que hacía
a esas horas a pesar del manto que se puso para mitigar el sol; solo me tomé
una cerveza en una barra móvil que había y la iba a pagar, pero me dijeron que
era gratis (soy algo despistado). Aunque hubiera querido comer algo ya no había
viandas en las mesas, seguramente habrían retirado ya las sobras. De todas maneras,
había salido de casa comido ya que soy muy tempranero y sigo el horario europeo
que antes seguían también nuestros abuelos que pienso que es el más sano. Vi a
todo el mundo muy feliz que es lo principal, aunque siempre hay quejosos, pero
a nadie le he oído quejarse de este evento, salvo a alguno que no fue, que no
se, si no fue, como puede quejarse. Por cierto, me parece un acierto que se le
siga llamando vino español y no le hayan puesto un horripilante nombre anglosajón
que ahora a todo se le pone mote yanqui.
Hay que felicitar a la Comisión de Fiestas; no es
pagada la labor que hacen estos días de manera voluntaria y desinteresadamente.
Lo único censurable, ya lo he escrito otros años, es la tolerancia a los ruidos
“salidos de madre” cada año más, y más que antes de la pandemia. Este
año he visto y oído muchas quejas y enfados en mucha gente, y barrunto que si no se le
pone coto seguirá el enfado yendo hacia arriba y se le puede ir de las manos al
consistorio pues no se respeta de manera abusiva las leyes de decibelios.
Todo esto no quita para que mi opinión sobre el
desarrollo de las fiestas, como he dicho antes, sea positiva´
Felicito también al alcalde y a los concejales -a toda
la corporación- no solo al equipo de gobierno, pues soy “pelotas”, por
partida doble. Y como digo en el enlace a una página mía de hace años “¡VIVA
SANTO DOMINGO!
Pues pal año que viene vamos ha comprar un panchito de 1500 w de la casa ibiza sound que no va a dormir ni Dios, cuando lo pongamos en
ResponderEliminarMarcha de callarán hasta las verbenas.
Me sumo a ti amigo anónimo, un poco de chispa y emoción le hace falta al pueblo, no podemos parar la música por cuatro vecinos cenizos
ResponderEliminarYo ni entro ni salgo.... pero esto de escribir detrás de usuario "anónimo" tiene su aquel. Es lo que tienen las redes sociales.
ResponderEliminar