lunes, 18 de marzo de 2024

Charrada. Estábamos al borde del abismo, pero hemos dado un paso hacia adelante

 Se tiran los trastos a la cabeza”,y tu más”. Rinconete (Koldo) y Cortadillo (Alberto González), los dos personajes pícaros de las novelas ejemplares de Cervantes han vuelto a aparecer en España, no es la primera vez, Roldan, el Honorable President de Catalunya, Bárcenas, “el bigotes” y tantos más cuya lista sería interminable. En la cúpula (nunca mejor dicho),  “el campechano”, imposible de nombrar para evitar represalias del estado opresor.

Los pícaros de hoy no son como los del antiguo régimen de los Austrias, pobres y míseros hombres y mujeres supervivientes de la miseria del pueblo de aquella época que tan bien supo narrar la novela picaresca del Siglo de Oro. Los modernos pícaros proceden igualmente de las clases populares, pero no son indigentes y están amarrados al poder institucional, no tanto al poder económico, que eso es otra cosa con más clase y se esconde entre bambalinas.

Con las películas de Berlanga, que narran con tanto ingenio la picaresca moderna y la corrupción del Régimen Franquista, creíamos, los ingenuos, que ya se había acabado la España de charanga, cerrado y sacristía, pero no, parece que está en nuestros genes como dicen los científicos o es el karma que nos toca superar, como decían los alquimistas que eran precientíficos. O es castigo divino que tenemos que sufrir con resignación que dirían los obispos o el mismo Papa que llevan conociendo la picaresca a través del sacramento de la confesión más de 2,000 años. La modernidad no puede con los pícaros, que además se han hecho mas refinados y ya no se beben el vino de las vinajeras o el queso del arca de su amo, ahora roban a “espuertas”, “a manos llenas” para depresión y angustia de quienes creemos que todavía hay políticos honrados, y desencanto de la ciudadanía que nos consolamos de ver que “quienes no son de los nuestros”, también están “manchados”.

¡¡Honor y Gloria!! Sea por siempre jamás.

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