Hoy empieza de verdad la Navidad, y a quienes no les ha tocado nada esperamos que nos toque la salud. Salud dinero y amor; para la mayoría solo salud, aunque no faltan también quienes tienen poca salud, sobre todo los que nos acercamos a la “cuarta edad”.
Ayer fue un día triste; después de estar oyendo por la radio para conocer si nos había tocado algo de la pedrea, fuimos a visitar al tanatorio del cementerio de Torrero a un hombre joven y bueno que falleció a temprana edad. Eso no debiera suceder nunca, pero sucede y entristece. Comentaba con otro sampetrino, de los muchos que acudieron, como a nosotros nos dieron por muertos durante unas horas -por lo menos a mí- y salimos del trance hace años. Y aquí estamos. así debería ser, pero la vida es como es de inescrutable.
Nos hemos
gastado los españoles 3.180 millones de euros en Lotería Nacional y
desgranaremos los tópicos sobre los agujeros que taparíamos con el premio.
Brindaremos por la Navidad en la Nochebuena y por seguir, juntándonos como
todos los años, y en este equilibrio inestable en el que todos andamos, nos
sentiremos afortunados aunque lo de la paz en el mundo no va según lo deseado
en las Sagradas Escrituras, y ya puede emitirse el mensaje del Rey en
Nochebuena y la bendición Urbi et Orbi desde la Basílica Vaticana que la
carnicería contra la población de Gaza no parará, ni las muertes en el
Mediterráneo, ni en tantas otras regiones donde ni de paz ni de salud conocen.
Así que lo celebremos
mientras estemos vivos, con buena disposición, y despediremos el año con el
riesgo de otra pandemia respiratoria a medio plazo según los expertos que han
evaluado la gestión de la COVID, con la que nos hemos despertado esta mañana
por la radio (que esto es un sin vivir), y la convocatoria ayer de las
elecciones autonómicas gallegas que, aunque vivimos en Aragón, nos afectará
como si fueran las nuestras. Enhorabuena si es usted uno de esos 150 aragoneses
que se ha visto beneficiado por la rebaja del impuesto de sucesiones o forma
parte de la tropa que tendremos que pagar más por las subidas de las tasas
municipales (que las han subido y mucho, sobre todo aquí en el municipio de
Zaragoza) y otros impuestos como los que tendremos que apoquinar por hacer la
nueva Romareda.
Hoy me he
levantado pesimista, pero es que ayer vi a un compañero y vecino mío, ya
pensionista, muy acongojado con el gobierno de Sánchez, que cuando le dije que
debería estar contento porque a enero vamos a cobrar un 13% más de pensión que cobraríamos
con el de Rajoy con su 0,25% me espetó que este aumento de las pensiones de
este gobierno social comunista y separatista va a llevar a España a la ruina (supongo que devolverá la subida de más), pero
defendía que en Aragón hay que gastarse el dinero que haga falta en un estadio
de futbol porque una ciudad como Zaragoza debe tener un campo de futbol como
dios manda (barrunto que en Huesca no pensaba).
Nunca estaremos de acuerdo en todo, pero, que le vamos a hacer, la condición humana es así.
Hay que levantar el
ánimo y desearnos:
¡Felices
Navidades y próspero Año Nuevo!
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