La Cartuja, El Burgo y
Fuentes;
Quinto, La Zaida y
Samper;
Alcañiz y Valdealgorfa,
cuando sus volveré a ver.
El
Ministerio de Transportes parece que va a iniciar al fin el desdoblamiento de
la carretera de Castellón (N-232) y va a adjudicar las obras de los 18,7
kilómetros más peligrosos comprendidos entre El Burgo de Ebro y Fuentes de
Ebro.
La
Dirección General de Carreteras ya tiene encima de la mesa la valoración técnica
y económica de las 22 ofertas presentadas por las principales constructoras del
país, por la que la unión temporal formada por la gallega Copasa y la catalana
Comsa se llevará la obra con una rebaja de más del 25% sobre el precio de
licitación. El plazo de construcción queda fijado en tres años, por lo que
habrá que esperar hasta el verano de 2023 para circular con seguridad en una de
las entradas con mayor tráfico pesado de Zaragoza.
Solo
falta que el ministro correspondiente firme la orden de adjudicación. La UTE
formada por Copasa y Comsa se compromete a ejecutar este tramo de la futura
A-68 por 51,3 millones, cantidad a la que se debe sumar el IVA correspondiente.
Los
trabajos podrían comenzar este mismo verano, dado que el Gobierno central dispone
de partida suficiente este año para sufragar las primeras certificaciones de
obra. Concretamente cuenta con cinco millones gracias a las enmiendas que
tramitó en su día el PAR al presupuesto vigente, que está prorrogado desde
2018.
Las
empresas aprovecharán el trazado de las variantes de El Burgo de Ebro y Fuentes
de Ebro e incluye la remodelación de cinco enlaces de la actual y la
construcción de hasta diecinueve estructuras, entre ellas trece pasos
inferiores, otro superior, un viaducto para salvar el río Ginel y una losa
sobre una acequia. De igual modo, habrá que adaptar el paso existente sobre la
vía de Caspe y los dos que cruzan el Canal Imperial de Aragón.
Sus 18,7
kilómetros darán continuidad al desdoblamiento de la N-232 entre el cuarto
cinturón de Zaragoza la capital aragonesa y El Burgo de Ebro. Sus casi once
kilómetros se abrieron al tráfico hace 17 años y desde entonces los municipios
de este eje viario vienen reivindicando que se den nuevos pasos para continuar
hasta Alcañiz y completar el trazado hasta el Mediterráneo.
El
Ministerio destacó en enero, cuando se licitaron las obras, que el
desdoblamiento de la N-232 es "una actuación indispensable para aumentar
la capacidad y mejorar la seguridad vial en un itinerario con gran intensidad
de tráfico de vehículos pesados".
Para
completar este corredor básico que une el Mediterráneo hacia la cornisa
Cantábrica habrá que esperar más de una década siempre que haya un compromiso
real de ejecutar los 89 kilómetros restantes en Aragón.
El último
paso administrativo se dio hace año y medio con la aprobación del estudio
informativo de la autovía desde Fuentes de Ebro hasta Valdealgorfa, pero los
nueve municipios zaragozanos y turolenses que se verán directamente
beneficiados (Belchite, Quinto, Valjunquera, Valdealgorfa, Alcañiz, Samper de
Calanda, Híjar, La Puebla de Híjar y Azaila) siguen a la espera de la
licitación de los proyectos.
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