sábado, 11 de julio de 2020

Charrada. Libertad de expresión.

También para criticar a los profesionales de la información.

Resulta muy preocupante comprobar cómo los medios de comunicación, y muchos profesionales de la información, pretenden convertirse en sujetos intocables a los que resulta improcedente, inadecuado e incluso, al parecer, antidemocrático, realizar cualquier crítica.  Sujetos sagrados, revestidos de una autoridad incuestionable, por cuya boca brota la verdad incuestionable.  El periodista puede convertirse en azote social, de cualquier estamento, pero él, ella, debe quedar exento de toda crítica, pues esta se convierte en una vulneración de la libertad de prensa.  Paradoja tanto mayor por cuanto se consideran legitimados para enjuiciar a quienes han sido elegidos representantes de la ciudadanía, mientras que ellos, carentes de toda representatividad democrática, entienden toda crítica como un atentado contra las libertades.  Al parecer, también, contra la libertad de expresión que, no cabe duda, es privilegio suyo.

2 comentarios:

  1. Supongo que este artículo viene a cuento de las intervenciones de Vallés (Antena3) refiriéndose al vice presidente Iglesias y su probable comportamiento delictivo en el caso de la tarjeta telefónica de su amiga Dina. Queda claro que no te han gustado mucho y también que no tienes claro el papel de los medios de comunicación en una democracia: no es el de adular a los políticos, sino el de señalar sus contradicciones y estar atentos ante sus posibles abusos de poder y criticarlos en cuanto sean patentes. El hecho de que hayan sido elegidos no les confiere inmunidad frente a la crítica ¡Solo faltaría! ellos que tienen el BOE en su mano y con él pueden disponer de las vidas y haciendas de todos nosotros. Cada cual a su papel; los unos a gobernar como mejor les parezca y los otros a vigilar y a criticar todo lo que haga falta, que es nuestro único consuelo.

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    1. Yo soy partidario del "prohibido prohibir", pero esta vez quien se han quejado de las críticas y han salido en tropel corporativo han sido los periodistas. Que critiquen o alaben lo que quieran o a quien quieran, que para eso cobran y les pagan los dueños de sus periódicos, pero que consideren que la crítica hacia ellos es un atentado a la libertad de expresión..., Dicen lo que quieren, como hacemos todos, mientras nos dejen claro, que estamos en una democracia afortunadamente.

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