viernes, 17 de abril de 2020

ArtiCulo. El 78% de los fallecidos por coronavirus en Aragón vivían en residencias de mayores.


"El 78,45% de las muertes por coronavirus en Aragón se han producido en residencias de mayores. Los centros dedicados a geriatría y discapacidad aragoneses han contabilizado 426 fallecidos por coronavirus desde el inicio de la pandemia del total de 543 muertes en la comunidad a fecha de ayer según datos de Salud Pública. Las residencias afectadas son 136, un 35% de estos centros. 103 corresponden a la provincia de Zaragoza, 18 a Huesca y 15 Teruel." Leer toda la noticia en "La Comarca"...

Una de las mayores frustraciones, estos últimos años, de los pensionistas que estamos organizados sindicalmente ha sido el escaso eco que ha tenido, tanto en las administraciones públicas como en la sociedad en general, las denuncias que hemos realizado del incumplimiento sistemático de las ratios de personal asistencial en las residencias de mayores. Solo el Justicia de Aragón nos ha acompañado algunas veces, pero con escasa eficacia en la práctica ya que la institución del justiciazgo es una institución más simbólica que real pues no tiene competencias ejecutivas y sus resoluciones se quedan en meras declaraciones de intenciones.
Quizá sea injusto decir que el 100% por cien de las residencias no cumplen con la legalidad establecida para este tipo de establecimientos, pero en la mayoría era muy común que las limpiadoras ejercieran de auxiliares, las auxiliares de enfermeras y estas de médicos haciendo uso de recetas firmadas por facultativos que apenas iban por el centro. Se podrá pensar que se trata de chiringuitos creados por empresas y emprendedores de escaso capital; alguna vez ha sido así; pero en estas micropimes, ha veces, nos encontramos con una relativa y aceptable cumplimiento de la legalidad, pero a raíz de las privatizaciones de las residencias públicas que eran un ejemplo de instituciones de mayores y de la derivación del dinero público de la Dependencia a través de plazas concertadas han proliferado residencias de gran capital; un ejemplo mayoritario ha sido el de la comunidad de Madrid, en donde la cuenta del resultados es el principal objetivo a seguir y en donde la precariedad laboral es muy alta; solo hace falta comparar la situaciones de la plantilla en la mayoría de las residencias privadas o concertadas con la que tenían los trabajadores y trabajadoras en los centros de residencias públicas. El retroceso ha sido impresionante.
Por supuesto que este tipo de establecimientos, tal y como se están desarrollando los acontecimientos y las conclusiones que se están sacando, iban a ser quienes más iban ha sufrir de fallecidos por coronavirus, ya que este contaminante se ceba en las personas mayores y minusválidos, sobre todo en concentraciones de ellos, pero, el que la mayoría de los fallecidos procedan de esos centros es escandaloso y confirma que las denuncias (caídas en saco roto), que veníamos denunciando eran correctas. Tampoco es casualidad que aquellas que no han tenido incidencia o escasa incidencia de fallecimientos han sido aquellas residencias que cumplen mejor con las normas exigidas.
Es posible que después de que pase esto en la residencia de mayores se obligue a cumplir con las exigencias legales establecidas y las que se establezcan, con un control real de la inspección que hasta ahora brillaba por su ausencia por falta de inspectores o en convivencia con los centros.
Por la cuenta que nos trae; si no morimos de esta o de otras parecidas, terminaremos todos en residencias y no queremos pasas nuestros últimos días en cámaras de terror. Además, si se van a financiar con nuestras pensiones y complementar con dinero público, si no le resultan rentables a la iniciativa privada, lo natural será que sean de titularidad pública.

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