miércoles, 29 de octubre de 2025

Noticia. De momento la celebración de la noche de difuntos y la fiesta esa de Jalogüín, seguirán celebrándose.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha confirmado que los esfuerzos por acabar con las defunciones y hacer que todos los humanos y humanas seamos inmortales no están dando sus frutos, según ha explicado en rueda de prensa  el director de dicha organización, Tedros Adhanom Ghebreyesus
La misma ha afirmado que “los últimos datos aseguran que la tasa de mortalidad sigue estando cercana al cien por cien”. Solo se han salvado dos pero fue en la antigüedad; un tal Jesucristo, que era Dios, a lo mejor porque solo tomaba pan, vino y peces que le pescaban sus apóstoles, pues era medio vegetariano, y Lázaro, que era pariente del mencionado Jesucristo y lo resucitó a pesar de que comía carne (tocino no, que era judío). No sabemos si Lázaro murió también con los años pues no nos dicen nada las fuentes consultadas. Posiblemente también la Virgen María que dice que subió en carne mortal al cielo en Zaragoza.
Parece ser que la culpa la tienen las carnes rojas y entreveradas, entre los que sobresalen los curados catalanes (los peores), el ibérico de Extremadura, la vacas gallegas y asturianas; el gorrino aragonés (denominación de origen) y la Rasa aragonesa. En general, son mortales: los chorizos españoles (incluida la chistorra), sin olvidar la panceta, longanizas, torreznos, morcillas, etc., y también las tortillas y los fritos (adiós a los almuerzos joteros); igualmente las hamburguesas, incluso las de Hamburgo o peor aún las de los macdonads que llevan trilita y grasas del petroleo; los chuletones vacunos de Texas y los perritos calientes de Arizona.
Para la OMS, el dato “ha supuesto un jarro de agua fría"; parece que se confirman las previsiones de un escritor antiguo cuando afirmaba en sus pasquines aquello de: “Se muere el Rey, se muere el Papa y de morir -redios-, nadie se escapa, etcétera...
¿Hasta cuándo va a durar esto?”, se ha preguntado en voz alta y con los ojos arrasados en lágrimas, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
¡Y la gente aun se ríe y lo celebra!

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