martes, 31 de marzo de 2020

Recopilación. Nuestras costumbres se olvidan.


CUANDO YO IBA A LA ESCUELA
Portada: Luis Laín
Este artículo fue firmado por: “El Onorio de Santa Quiteria” en el especial de Santo Domingo del año 1980, del Boletín del Centro de Iniciativas y Turismo de Samper de Calanda (segunda época). Pinchar foto para ampliar

           Si, paisanos: Nuestras costumbres se olvidan, y que bonitas eran; el tocino callejero que los cofrades de San Antón soltaban por las calles del pueblo, un acontecimiento ya olvidado, pero muy del pueblo. La rifa de los roscones con el pago en almudes de trigo. Sus hogueras, su misa con la bendición del pan bendito, el que se cortaba en trozos y que con la armonía de la banda guitarril con sus pasacalles por el pueblo se ofrecía a cambio de pequeños donativos. Este acontecimiento, muy vivido por los más pequeños, con los capazos de la llega, se celebraba en la calle Nueva, en casa de la tía Contadera. Ya todo pasó a la historia y el olvido.

          Los partidos de futbol entre la Villa” y la “Parroquia”, cuyos campos respectivos eran la era “primera” y la era del tío “pireta”. ¡Qué luchas! ¡Qué interés en ganar!, y en las escuelas que todavía existen, algo reformadas, con nuestros maestros D. Juan, de la escuela de abajo y D. Julio de la escuela de arriba -ya los dos fallecidos D.E.P: - ¡qué días tan inolvidables pasábamos en aquella década de los cuarenta con nuestros amigos! El recuerdo más triste fue el de los alimentos racionados e incluso el tabaco, pero dejémonos de tristezas.
          Los santos de las calles, La Virgen del Rosario, San Blas, San Agustín y otros tantos más. Los chicos y las chicas con la campanilla por las calles anunciando la novena, y al mismo tiempo, tomates y pepinos. Las mozas no sosegaban en ninguna parte. Los partidos de pelota a mano en la era del tío “Garfolla” y el corral del “Seguro” O.P.D. con las apuestas de los jugadores. Algunos vasos de vino y alguna merienda. Cuantas cosas os recordaría a los amigos, ya llegando a los “cincuenta” solo nos queda una costumbre que no ha pasado al olvido “LOS TAMBORES” gracias al amigo Franco con su incansable labor y algunos más que le ayudamos. Soy acérrimo tocador del tambor y nuestra alegría es que esta costumbre, cada año que pasa, vemos con agrado su multiplicación.
          Paisanos, si en vuestro ánimo está la renovación de algún acontecimiento, me sumo como samperino, y disponer de mi ayuda en lo que esté a mi alcance. Todo por nuestro Samper. Destruyendo las cosas se llega a las rencillas y malestar del pueblo que es contrario a lo que nos gustaría que fuera.

“El Onorio de Santa Quiteria”.

          

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