Bajo esa seriedad y máscara se están descojonando |
Las últimas noticias dicen que el COVID-19 está ya
bajo control en China. Mientras el Occidente desarrollado está en curva
ascendente y en crisis económica, la industria china empieza a recuperarse. Los
chinos tendrán que atender sus inmensas necesidades durante las próximas
semanas, pero todo indican que le sobrarán recursos para abastecer a las
bloqueadas economías occidentales. China puede emerger como un proveedor
mundial de mercancías para combatir el coronavirus.
La mayoría de las 80.000 personas infectadas en China
se han recuperado, se está volviendo a la normalidad y, por tanto, los
trabajadores se encontrarán plenamente en sus fábricas en pocos días -dicen los
medios-. La maquinaria productiva china se recupera mientras la occidental se
paraliza cada vez más.
Las principales empresas chinas que cotizan en los
mercados bursátiles internacionales ya se encuentran a la cabeza, después del
derrumbamiento de hace sólo unas semanas, aunque los dirigentes chinos se cuidan
de no aparecer como triunfalistas (jiji, jaja).
El mundo occidental está cada vez más sumido en el
desconcierto, con sus sistemas de salud superados, su economía a la baja, la
solidaridad del orden liberal bajo mínimos y una sensación de pesimismo en
auge, pese al esfuerzo de los líderes por dar ánimo.
China ya empieza a proveer de mascarillas, kits de
pruebas, geles de limpieza y desinfección, equipos de protección individual,
máquinas respiradoras y demás, y pronto vendrá de allí la primera vacuna para
acelerar el fin de la pandemia y prevenir posibles brotes siguientes.
También en Estados Unidos y Europa van a surgir nuevas
vacunas y medicamentos, pero cada país y gobierno se enzarzarán entre sí por
las patentes como ya está ocurriendo con los alemanes y los yanquis que
compiten desesperadamente por que sean industrias farmacéuticas suyas las que
tengan la primacía de los medicamentos.
La UE está demostrando que no existe; salvo reacción
milagrosa que se espera desesperadamente, aunque con poca fe; sus burócratas
son incapaces de superar los marcos nacionales y cada país se dedica a cerrar
sus fronteras para que no pasen los otros. El Banco Central Europeo, dice y
hace poco. La UE tenia, en esta crisis, que demostrar que es un auténtico
estado confederal y fortalecerse, pero, de momento, lo que se observa es que
está en descomposición o, por lo menos, en un grave desconcierto y pasividad.
Por añadir algo de optimismo, los 37 mil millones de
euros que la Comisión Europea pondrá en marcha para que los Estados miembros
puedan hacer frente a las necesidades más urgentes de sus sistemas sanitarios y
otros servicios públicos y productivos aliviarán la sensación de pesimismo
existente en estos momentos. Los ministros de finanzas del Eurogrupo acordaron
adoptar “todas las medidas necesarias para afrontar los desafíos del momento” y
anunciaron una inyección fiscal equivalente al 1% del PIB. A ver si es verdad.
El paquete que ya ha adoptado el gobierno español
parece razonable y adecuado a las necesidades tan imperiosas del momento e
incluso desbordan las prudentes orientaciones de Bruselas.
Alemania tenía que encabezar Europa, pero Angela Merkel,
quizá la mas razonable e inteligente líder de Europa está cuestionada en su
propio partido; El primer ministro británico es un psicópata que prefiere que
se mueran 30.000 patriotas suyos a dañar la economía británica, y del presidente
americano, que se va a decir, afortunadamente no le llega la inteligencia para
ser psicópata.
Menos mal que el Jefe del Estado del Reino de España ha
salido en la televisión a tranquilizarnos y darnos ánimo.
Pues aún hay quien lo critica.
El Banco Central Europeo moviliza 750.000 de Euros. Cambian las cosas de un día para otro.
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