O no; de situaciones más difíciles ha salido. Pero lo tiene chungo. Lo más llamativo ha sido el
cierre de las piscinas en Lourdes para los enfermos; precisamente era el agua
de Lourdes la que curaba las enfermedades, pero no parece que pueda con el virus
este. También han retirado los “besamanos y besa pies” en imágenes como en el
Pilar de Zaragoza o el agua bendita de las pilas; se
elimina de la misa el darse la mano o besarse. La Iglesia acepta las
formalidades racionalistas de las autoridades y protocolos de la ciencia médica.
No se si es consciente, la
Iglesia, de lo que esto supone para la credibilidad en su cualidad milagrera,
aunque parece que tanto el clero como el mundo de los fieles lo acepta con
total conformidad, salvo alguna cofradía andaluza que ya ha dicho que no harán caso
a las ordenanzas sobre los besos a determinadas imágenes, lo que les puede
acarrear fuertes multas. Yo creo que la Iglesia hace bien, aunque en esto de la
eficacia de sus milagros no se si no saldrá tocada; puede que haya un antes y
un después del coronavirus, pero la apuesta de la Iglesia por la racionalidad,
a la larga, le va a beneficiar, más que perjudicar.
Yo no voy mucho a misa y pierdo la memoria; a ver
si me acuerdo de que cuando se dé “la paz” en la liturgia, no le de la mano a
otro feligrés o me ponga a besar. Ahora que me había acostumbrado me voy a
tener que desacostumbrar.
NOTA DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL:
El secretario general de
la Conferencia Episcopal Española (CEE), Luis Argüello, ha apuntado la
"conveniencia" de retirar el agua bendita de las pilas a la entrada
de los templos, de no estrechar la mano como signo de paz en las misas o de
sustituir el besapiés de imágenes religiosas en Cuaresma por una inclinación
del cuerpo, pero ha subrayado la importancia de mantener los templos abiertos
como lugar de "esperanza".
"Queremos tener en
cuenta el criterio de las autoridades sanitarias. Algunas de estas pautas
compartidas irán apareciendo en unas diócesis u otras, como la conveniencia de
retirar el agua bendecida de las pilas a la entrada de las iglesias, que el momento
del signo de paz en vez de estrechar la mano o darse un abrazo pueda ser un
gesto más reverencial o que en la devoción a imágenes tome protagonismo la
inclinación del cuerpo, ha subrayado Argüello.
Así lo ha indicado este
viernes 6 de marzo durante la rueda de prensa final de la Asamblea Plenaria de
los obispos, que se ha celebrado esta semana en Madrid. También ha recomendado
a los sacerdotes que cuando vayan a celebrar misa se laven las manos
"antes y después de distribuir la Comunión".
Si bien, ha subrayado la
importancia de "mantener los templos abiertos" durante esta epidemia
de coronavirus, porque en ellos se ofrece "un lugar de confianza y
esperanza" en medio de "situaciones de preocupación y angustia"
no sólo frente al virus en sí mismo sino también frente al "virus de los
miedos y faltas noticias".
Precisamente, ha
recordado que cuando en Europa se extendió la peste negra en el siglo XIV
surgieron devociones e imágenes porque la gente "desbordada por la
enfermedad pasaba su angustia a la Virgen de las Angustias o su dolor a la
Virgen de los Dolores".
Esto no quiere decir,
según ha precisado, que no se deban hacer "todos los esfuerzos
científicos" para frenar el virus porque sea la devoción a las imágenes la
que va a curar a los enfermos, pero ha precisado que "la confianza ciega
en la ciencia no tiene la última palabra".
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