Un muerto mató a
un vivo, el ciego lo vio matar, el cojo salió corriendo y el mudo se fue a avisar.
Viene siendo muy
habitual el cuestionamiento de la representación electoral de Teruel Existe,
una representación minúscula en el parlamento de la nación pero que parecería
que tiene todo un grupo parlamentario por las adhesiones o el rechazo que
suscita.
Que conste que yo
no les auguraba representación, ni terminaba de ver con buenos ojos el que se
presentaran a las elecciones; creo que los movimientos sociales pierden su
razón de ser cuando se institucionalizan electoralmente, pienso que son sectoriales
en su programa político y que esto les resta objetividad y conocimiento a la
hora de navegar por el complejo panorama de las leyes e intereses que se dilucidan
en un parlamento. Además, en un distrito con tan pocos parlamentarios a elegir,
el que aparezca otra opción más con posibilidades de tener muchos votos iba a
complicar las cosas con tantas que ya había y, al final, se iban a quedar sin
nada. “Para este viaje no se necesitan alforjas”- pensaba yo-.
Pero estaba
equivocado, seguro que desconocía parte de la realidad de lo que pasaba en mi
provincia. La subjetividad y los perjuicios anidan en la mente de quienes creen
(creemos) que lo sabemos todo, o la ignorancia, y bueno es reconocerlo; solo
así se aprende.
La provincia de Teruel
no existía; estaba invisibilizada a pesar de la actividad de Teruel Existe
como movimiento social y de la exitosa manifestación en Madrid (ni
puñetero caso). Los políticos que se presentaban a las elecciones por los
diferentes partidos, salvo excepciones, no los conocían ni los que les votaban
y seguían sin ser conocidos después de salir elegidos; Teruel ha sido
tradicionalmente la provincia de los “cuneros”; siempre fue así; ya cuando
gobernaba el “Generalísimo”, los gobernadores que mandaba a esta provincia o
eran como premio de compensación a algún mediocre al que el Régimen debía un
favor o alguien en proceso de promoción que pasaba por aquí como trampolín a un
ascenso rápido. Teruel Existe ha puesto a la provincia en uno de los primeros
lugares de la agenda del gobierno con su programa electoral, muy del agrado de
quienes lo votaron y de la mayoría de quienes no le votaron en Teruel y en la
periferia de Teruel, y los medios de comunicación lo tienen también en primeros
lugares del candelero, mientras las demás provincias de “la España Vacía”
siguen invisibilizadas por mucho que se quejen; más por envidia e impotencia
que por otra cosa. Lo efectivo que sea esto está por ver; pero antes era 0,
ahora han pillado un 10 y queda el infinito.
La oposición a
este nuevo gobierno está rabiosa porque le hubiera gustado que Teruel Existe
hubiera actuado como ariete para que fracasara en su investidura cuando no había
otra alternativa más que volver a convocar nuevas elecciones (antes muerta que
sencilla, esta oposición), lo que habría sido contribuir al esperpento político
que llevamos varios años sufriendo los ciudadanos y ciudadanas de este país,
Las izquierdas
están encantadas con Teruel Existe, ya veremos hasta cuándo (menos Lamban que lo
acusa de populista, un insulto -este de populista-, que ya se ha hecho tradicional en el teatro de
la comedia política). Al partido del presidente de Cantabria por no votar la
investidura ha obtenido el título de facha; por cierto: lo predecible es que los
regionalistas cántabros voten a favor de los presupuestos y volverán a ser
amigos de nuevo de Pedro Sánchez que los acogerá como al hijo pródigo. La
política, decían los clásicos, es el arte de lo posible. En España alguien los
corrigió y se dice que es el arte de lo imposible. Veremos si seguimos así, en
la astracanada, o la racionalidad termina de una vez por imponerse en este
país. No soy muy optimista.
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