domingo, 5 de enero de 2020

ArtiCulo. Las dos Españas y media.


La constatación de que la sociología política de los españoles está todavía anclada en el modelo frentista que se inauguró en los años treinta del pasado siglo, o sea; lo que se ha dado en llamar izquierdas contra derechas o viceversa (o las dos Españas), lo tenemos en las reacciones de los medios de comunicación, las redes sociales y las discusiones de la ciudadanía en los bares sobre el asunto del posible gobierno del PSOE-UPodemos. La sesión de investidura en el Congreso de los diputados lo confirma. Con la televisión eso sí, pero nos traslada esta sesión del día 4, al parlamento de la II República en vísperas de la Guerra civil. Nada ha cambiado. Bueno, algo si, el nacionalismo catalán que entonces solo era soberanista, autonomista o federal, ahora no aguantan más y se ha radicalizado (se ha hecho independentista).

La derecha no ha cambiado; en algunos momentos me parecía estar oyendo los discursos del Generalísimo en la plaza de Oriente o las soflamas de José Antonio Primo de Ribera y Onésimo Redondo que leía en la escuela los jueves por la tarde en la clase de “Falange” y Formación del Espíritu Nacional.
También es constatable el miedo que los poderes económicos y los medios conservadores están manifestando; casi el mismo que se expresaba en los tiempos de finales del Franquismo ante la posibilidad de una democracia en España. Solo que entonces no quedaba otro remedio, pues la democratización del régimen y su homologación a las democracias del entorno era condición obligatoria para entrar en Europa. Hoy solo es un problema de investidura para elegir el primer ministro del Reino de España que se está haciendo imposible: tal y como están las cosas, me parecería inmoral que se fuera a unas nuevas elecciones, pero me temo que todavía el martes puede fallar la investidura, aún se le puede revolver a Sánchez algún diputado de su partido, y si no falla, va a haber actores que desde el primer día van a intentar echar abajo ese gobierno; no lo oculta la oposición, es legítimo desde el punto de vista democrático, pero puede ser demencial para la paciencia de la gente. A lo mejor es eso lo que se intenta; que nos hartemos todos y pasemos de la política.
¿Logrará, Sánchez, con estos burros y estas alforjas, su propósito? Si nos atenemos a lo que se dice a su derecha no; le auguran todo tipo de catástrofes y malos designios; algunos obispos ya llaman a acudir a las iglesias a hacer rezos colectivos para conjurar a los demonios.  
Al presidente de Cantabria, que ha dicho que votará “no” en la investidura le llaman de todo por las “Redes”, “que si traidor, que si facha; su representante en el Congreso se ha cabreado bastante y ha dicho que no le confundan con “los fachas de esos tres partidos” que ellos son progresistas ¡Ojo!. Algo parecido ha contestado la representante de Coalición Canaria que casi ha venido a decir que ella era socialista pero que vota que “no” porque le pasa por ahí…., a pesar de que su partido aprobó la abstención (le ha llamado, su partido, al orden, pero “que si quieres arroz catalina”) A los de Teruel Existe lo mismo, pero en vez de fachas les llaman “rojos” aunque dicen que no son de derechas ni de izquierdas, es decir: son  “trasversales”, como se estila decir ahora. También estaba enfadado y ha denunciado que le han hecho pintadas en su casa y amenazas anónimas ¡Es más peligroso ser trasversal y apolítico, que de derechas o de izquierdas! Claro, si estás en medio como un inocente, te pilla el fuego cruzado
Y la racionalidad ¿Dónde está? Muy difícil cuando ya no hay “dos Españas” sino dos y media, por lo menos. Es evidente que Sánchez no quería juntarse con UPodemos, lo que quería es dar una oportunidad al PP y sobre todo a Ciudadanos para que le apoyaran, Eso es tan evidente que solo quien no quiere verlo, no lo ve, y desaprovecharon la ocasión porque estaban entretenidos a ver si podían ser más de derechas que Vox y a que se estrellara Sánchez al cual lo consideran tonto, o débil en su partido. Lo malo para ellos es que siguen en esa estrategia de extrema derecha recalcitrante que anula cualquier posibilidad de un centro derecha representativo que le viene muy bien a Pedro Sánchez, pues, aunque sea con desgana, el electorado de centro derecha culta políticamente, con esta derecha, se abstiene en las elecciones o vota al PSOE o al PNV en Euskadi y Navarra.
Ahora que no lloren si han echado al PSOE en brazos de Upodemos y los independentistas. La política es como el juego de cartas; si lanzas mal los órdagos o vas de farol, pierdes, por torpe y prepotente. Y Sánchez de momento las gana todas (lo vengo diciendo desde hace tiempo, será malo si ustedes quieren, pero es más listo que los felinos y tiene siete vidas). UPodemos también creo que ha ido de farol y lanzando mal los órdagos, pero mira por donde la torpeza de la derecha le ha favorecido y quien sabe, si madura un poco, a lo mejor se consolida cuando estaba “en caída libre”.
Pero ¿qué puede pasar? Dos cosas; si el experimento triunfa, es decir, si no se frustran las expectativas sociales que prometen las izquierdas, estas se mantendrán durante varias legislaturas y la cuestión catalana pasará a un segundo o tercer plano en el interés de la gente pues, al fin y al cabo, a la mayoría de la población lo que le importa de verdad es el problema social; el País Vasco y Navarra son casi independientes con mucha más autonomía que las demás y “no hay alarma social”. El estado de las autonomías es un caos propiciado por gobiernos anteriores de UCD, PP y PSOE y es muy desigual porque “quien no llora no mama”, y los hay que han sabido llorar mucho mientras otros solo hacen que ir recogiendo las migajas mientras critican a los que envidian.
Pero que salga bien el experimento no es imposible; ahí está el caso de Portugal donde la gestión de las izquierdas está sorprendiendo a lo propia Unión Europea que no la quería.
Sin embargo, si no se satisfacen las demandas sociales, si sigue empeorando la enseñanza pública, la Sanidad y las pensiones; si se mantiene el paro y se empobrecen más las clases medias y bajas mientras aumentan los millonarios, vendrá la extrema derecha; es decir; vendrá “el tío Paco con la rebaja”, y no hará falta que venga en caballo o con tanqueta; vendrá con los votos de la gente. Las izquierdas y, posiblemente la centroderecha también o lo que quede de ella, se hundirán para mucho tiempo.
Si los nacionalistas periféricos se creen que el gobierno es débil y se “suben a la parra demasiado” saldrá también mal la cosa; pero ellos también perderán porque el contexto de la UE no está para permitir aventuras unilaterales.
O sea, que se espabilen todos. Lo digo siempre; en contra de lo que se cree, hacer bien la política, acertar y contentar a todos, es muy, pero que muy difícil.
No quisiera estar en el pellejo de ninguno de ellos. En lo que a mí respecta, lo que digo siempre: que “haiga trebajo y prosperidá” que decía mi tía abuela y me mantengan la pensión. Tengo claro quienes no lo va a hacer y claro también con quien tengo algunas posibilidades de que lo hagan.

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