Barrancos de la Clavera. |
Este artículo lo pusimos el 29 de mayo de 2021.
Las fotos y el escrito son de Guillermo Lázaro. Pinchar para ampliar.
Uno de mis parajes preferidos del término de Samper es el conocido
popularmente como “Barranco Fondo”,
situado en los alrededores de La Clavera,
cuyo punto
más alto está a 371 metros de altitud.
El terreno, esculpido por las
avenidas de agua de tormentas, presenta profundas hendiduras que parten de la
cima del monte a lo largo de unos 1.400
metros .Esta disposición tan peculiar, protegida del cierzo, hace que los pequeños valles disfruten de un microclima
benigno, que hace que la vegetación florezca con antelación en primavera.
El acceso a la zona de barrancos
se hace pasando por unas hileras de
olivos de José Antonio Espés, el “Habanero”,
distribuidas en bancales que van subiendo gradualmente a lo largo de unos 300
metros. Las hileras de olivos se encuentran
en las zonas finales más anchas de los barrancos que vamos a recorrer.
Estos olivos, según me cuenta José Antonio, los plantó hace más de 100 años un
hermano de su abuelo, de la rama de Los Pescares y apodado “El Castrón”. José
Antonio, que siempre tuvo un gran cariño por la zona, los adquirió cuando tuvo oportunidad, hace 25 años.
La de la izquierda, más corta, tiene en su primera parte 4 hileras de olivos y discurre en dirección este a lo largo de unos 200 metros.
Primer
desvío a la izquierda, marcado en amarillo en el plano se situación.
La de la derecha, que
es la principal, continúa unos 300 metros, de nuevo, a través de filas de
olivos.
A esa distancia hay un desvío a la izquierda .Una
profunda hendidura se extiende ,
haciéndose gradualmente más estrecha
hasta llegar al nacimiento de uno de los barrancos del conjunto montañoso.
Barranco del segundo desvío a la izquierda,
identificado en rojo en el plano de situación
En su cauce, después de pasar unas filas de olivos, hay un
pino y un albaricoquero.
Volviendo al camino principal,
éste continúa lentamente girando a la
izquierda y al finalizar unas hileras de olivos y un cañar, atravesado por una profunda regacha
.
Giro
del camino principal hacia la izquierda. Al fondo se aprecia el pequeño cañar.
Avanzamos unos metros más y nos encontramos, de nuevo, con otro desvío
a la izquierda, esta vez más corto que el descrito previamente pero con taludes elevados a ambos lados.
Las formas que va tomando el
terreno son muy evocadoras y así, las que lindan con la
pared derecha del desvío, asemejan la silueta de dos pequeñas penínsulas.
Regresamos al cauce principal del barranco y éste sigue girando suavemente a la izquierda, durante unos 300 metros, donde se encuentra con el máximo desnivel que
es la zona de su nacimiento.
Los abundantes cados de alimañas y recovecos para aves indican que en la zona
hay una fauna variada y numerosa.
Un paseo por la parte alta que
rodea el curso de los barrancos, con gran probabilidad, nos permitirá ver
conejos, especie numerosa en la zona y que constituyen la alimentación base
de las alimañas que pueblan la zona,
especialmente los zorros, tejones y comadrejas.
También habita en la zona una amplia variedad
de aves, especialmente las de rapiña como los milanos, mochuelos y cernícalos.
Los nidos en las paredes
laterales de los taludes indican una
notable población de abejarucos (aviaruelos) y urracas (picarazas).
Las aves carroñeras más numerosas
son los buitres. Es frecuente, al caer la tarde, su presencia en la parte más alta de los montes.
Otras carroñeras comunes en la zona son los cuervos.
En cuanto a la flora, la zona
está poblada por las plantas más representativas de la comarca.
Los olivos son los reyes del
lugar, ya que están en la parte llana accesible del final de los barrancos y su
color verde combina, como solo la naturaleza sabe hacer, con el marrón del
terreno.
En lo referente a los arbustos y matorrales que pueblan el lugar, aparte del
tomillo, son muy frecuentes las aliagas,
esplendorosas en primavera
En las proximidades de la cima del monte, el romero muestras
sus elegantes flores azuladas.
En el mismo terreno que las
aliagas pueden verse concentraciones de esparto con el que los artesanos del
pasado y alguno en la actualidad en Samper, hacían y hacen todo tipo de enseres.
De cualquier modo lo más
interesante de la fauna y la flora del lugar es que conviven en armonía y muestran
gran vitalidad. Resumiendo, un lugar precioso para visitar especialmente en primavera,
Abril y Mayo, así como en el final del
verano, Septiembre.
Que lo disfrutéis.
Guillermo Lázaro
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