Alejandro Abadía París ha escrito un nuevo libro en la que
involucra a nuestro pueblo, Samper de Calanda; esta vez no es un ensayo de sus
usos y costumbres, ni de su historia convencional o filatélica (por cierto, muy
buenos libros los escritos sobre este tema); bueno, parece que el género sería
una historia novelada, digo, que yo no soy un experto en esto de la literatura.
Pero si puedo decir que he leído el primer capítulo y me ha “enganchado” satisfactoriamente e identificado con la época y los personajes que describe que es mi época y son mis personajes.
Se dice que sin memoria colectiva no puede haber futuro
colectivo, y sin la memoria de nuestro pueblo no puede haber futuro para
nuestro pueblo. Cierto es que yo no soy o pretendo ser tan nostálgico como
Alejandro de los tiempos pasados, además como el me ha dicho algunas veces, soy
blanqueador, es decir que blanqueo ciertos comportamientos colectivos e
individuales erróneos que se dan o se han dado en nuestro pueblo, y él no lo es.
Es cierto; él es algo dogmático en sus apreciaciones y yo algo relativista. Eso
es así porque él es ardorosamente apasionado y yo entre sentimental y
melancólico. Además, creo que él está escorado al centro derecha o más y yo al
centro izquierda o más, eso no quiere decir que no coincidamos en lo
sentimental, en la historia de nuestro pueblo y en el amor por él, que como
digo, en él es apasionado y en mí, solamente sentimental; más bien melancólico
y furtivo.
Pero yo no sabría novelar ni describir como el lo hace. Dice
un amigo mío intelectual que todo el mundo tiene una larga y fuerte historia
que contar pero hay que saberlo contar, trasmitirlo y tener memoria para
hacerlo. Es un acierto que exista Alejandro en nuestro pueblo al menos para preservar
su memoria histórica con un grado apreciable de observación y de conocimiento
intelectual. Hay otros y otras que también lo han hecho muy bien, indudablemente que no voy a describirlos aquí porque esto es una reseña del libro
de Alejandro, pero es el que con más profusión lo ha hecho, y sigue, porque es
joven todavía.
Ya he dicho que solo he leído el primer capítulo y ya me ha
gustado y barrunto que lo será así durante todo el libro. Tiempo habrá para
criticar alguna cosa con la que no coincida (aunque se ha curado en salud al
ser una novela y no un relato histórico), que tonto no es.
Alejandro es abiertamente sincero con los demás, así que yo
también con él y a veces le he dicho algo con lo que discrepaba y, en contra de
lo que alguien pudiera pensar, nunca se me ha enfadado. Así que se prepare.
Esperando su publicación para analizar los talentos de Alejandro como escritor de ficcion.
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