viernes, 12 de abril de 2024

Charrada. Conspiranoia y basura humana

          En un pueblo de los Estados Unidos, un joven entra armado a primera hora de la mañana a una escuela infantil y dispara contra profesores y alumnos, matando a veinte niños y a varios adultos. Es un caso más en la larga lista de asesinatos en masa en aquel país.

La verdad contra Alex Jones, un documental dirigido por un tal Dan Reed, estrenado recientemente, retrata el proceso legal de los padres de los niños asesinados contra este conocido individuo, uno de los mayores difusores de bulos y chifladuras paranoicas del mundo. Jones se dedicó a promover la idea de que la matanza no había ocurrido y que todo era un montaje para prohibir las armas. Los padres y las madres de las víctimas, a quienes acusaba de ser actores, sufrieron una terrible campaña de acoso a partir de las reiteradas burlas y teorías disparatadas sobre el suceso que este propagandista del odio les dedicaba en su canal de televisión por internet.

Jones lleva décadas actuando ante las cámaras, creando su personaje, como tantos otros charlatanes y vendedores de crecepelo que se popularizaron en las radios y en las televisiones digitales, y para quienes internet fue mucho más que una bendición.

Se presenta a sí mismo como un rebelde alternativo al sistema, alguien al margen del poder, que duda de las verdades oficiales y hace pensar a la ciudadanía ofreciendo “verdades alternativas”. Él dice la verdad frente al complot de unas élites por ocultarla, mientras pide el voto para Donald Trump y te vende el bálsamo de Fierabrás.

Jones no es un personaje excepcional. Hay muchos como él, también en España, que se aprovechan de aquellos que necesitan sentirse especiales y se aferran a cualquier “vendedor de motos” que les seduzca con su verborrea. Así funcionan también las sectas, los fanatismos y, en este caso, los “conspiranoicos”, un sector que desde la pandemia del COVID-19 no han dejado de aumentar. En el caso de Jones, y en el de muchos otros personajes, es su maldad y su falta de escrúpulos lo que atrae a gente ansiosa que necesita una excusa, un líder que avale su maldad y no solo entienda, sino que fomente su odio sin tener en cuenta sus consecuencias. Y es también esta miseria moral, usando el asesinato de varios niños norteamericanos para lucrarse, lo que ha provocado que alguien le dedique, por fin, un documental exponiendo la basura de la persona que es.

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