jueves, 25 de abril de 2024

Artículo. Órdago o amor incuestionable


Me voy por amor, parece decir Sánchez; bueno, lo dice por carta a la ciudadanía sin explicitarlo, pero insinuándolo, y dejándonos a quienes le amamos y a quienes le odiamos, un poco perplejos. Ya veremos que dice el lunes, día 29 de abril de 2024, después de reflexionar.

Sánchez es el presidente del Gobierno más ferozmente atacado de la joven democracia española. Se le atacó a Suarez, dentro de la normalidad (aunque lo defenestraron los suyos una vez que les fue útil), se le atacó a Felipe por su corrupto felipismo y a Aznar por su conversión, desde sus simpatías a Azaña y a la democracia regeneracionista, al neocón y al impúdico calvinismo protestante. A Zapatero se le atacó mucho, pero también dentro de cierta normalidad al igual que a Rajoy porque eran blandengues y maricomplejines para los suyos y para sus oponentes. Pero Sánchez es el presidente de gobierno de nuestra joven, incompleta y mediocre democracia que más ha sido agredido por la oposición.

No digo yo que algunas decisiones no hayan sido malas o cuestionables, pero en conjunto, no es peor que el resto de sus antecesores. Desde mi modesta opinión bastante mejor que la media. Moralmente todos los políticos se dejan “muchos pelos en la gatera”, pero no es un criminal, como se le acusa, y sobre la corrupción todos están, como un rey, irresponsables ante la Ley. Mas de un expresidente de la Nación o de una comunidad autonómica, deberían estar en la cárcel, no por mentirosos solo, si no por decisiones propias de delitos mayores en el uso de sus responsabilidades. Y ahí están, codeándose con la alta sociedad y bendecidos por los medios de comunicación y los poderes fácticos económicos.

Como la mayoría (de la derecha también), no es un utópico, tampoco un dogmático; es maquiavélico como todos los políticos modernos y eficaces. Algunos dirán que es mentiroso o que cambia de opinión. Que lo comparen con antecesores suyos, de centro, derecha o izquierda y verán lo que duraron quienes no eran mentirosos o cambiantes de opinión, quienes no justificaron los medios a utilizar, aunque fueran incoherentes con su fe manifiesta, a favor de un supuesto bien superior.

Pero Sánchez no da puntada sin hilo; no me creo yo que esté “quemado”. Agotado quizá sí, porque hace falta ser frio para aguantar lo que aguanta el, que es muy frio o lo parece.

Como todos sus órdagos le han salido bien, quizá este sea un nuevo órdago ante el envite de la oposición y de la banca del casino. Ya veremos qué pasa. Los juegos nunca se ganan todos. O  quizá es un romántico y está enamorado de verdad.

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