sábado, 18 de noviembre de 2023

Comentario. Las energías renovables, la medicina alternativa y los alimentos ecológicos

 Hace unas décadas irrumpieron las ideas y movimientos que pretendían ser alternativos a los desastres medioambientales que estaban empezando a aparecer y por los que había una creciente sensibilidad y concienciación: deforestación y lluvia ácida, por ejemplo; el agujero de ozono era cada vez más grande (luego se ha ido reduciendo, cosa curiosa porque se contamina más).

Las series televisivas de Rodríguez de la Fuente crearon en la generación de mi época una gran conciencia acerca de la necesidad de cuidar la naturaleza, mantener el equilibrio en el que se había desarrollado nuestra especie, incidiendo fuertemente en la conservación de los seres vivos, especialmente.

En las últimas décadas ha habido un aumento de la conciencia ambiental y ecológica que también se extiende a la alimentación. Todo eso está muy bien pero luego vienen los efectos secundarios. Ahí hay un nicho económico cada vez mas importante; veo cada vez más un ansioso consumismo donde determinados sectores del capital privado han encontrado una mina de negocio interesantísimo con esto de las energías renovable, las medicinas alternativas y los alimentos procesados e industriales supuestamente naturales y ecológicos.

Cada vez más, la clase media concienciada de los problemas ambientales, de la importancia de la salud etc., pero sin ser especialista en estas materias, se ve atrapada por los intereses de modernas maneras de comercialización de productos, de su fabricación y elaboración, de un nuevo mercado sobre las energías renovables y de consumo ecológico que, quienes no somos especialistas ni dominamos la materia, difícilmente podemos tener una opinión objetiva, porque también hay críticas que no sabemos si son científicas y fundadas (que puede que las haya) o son especulaciones  supersticiosas y anticientíficas (que puede que las haya también), pero solo sé que no se nada.

De algunas cosas entiendo algo, de otras me las creo porque confío en quien me las dice, de otras discrepo porque no confió en quien me las dice. Esta desconfianza y desorientación, que no es solo mía, hace que la gente esté muy desinformada mientras un gran negocio se está desarrollando a través de los alimentos ecológicos y las energías alternativas que algunas no son ni ecológicos ni alternativas, o si lo son, pero con un fin especulativo o de explotación de recursos en la España despoblada y aprovechar la conciencia de la necesidad de estas cosas para estrujar a la población en una nueva forma de fomento de consumismo.

No se si las administraciones están en condiciones de controlar esto; a veces parece que hacen algo y otras parece que dejan estar. Los lobbies de las energías renovables, la industria farmacéutica que ya se han metido en las medicinas alternativas y el gran comercio de las grandes superficies de consumo, tienen cada vez mayor fuerza, influencia y capacidad de presionar y convencer a las administraciones (y administradores). En fin, peor están en el tercer Mundo que no tienen esos problemas, o eso parece.

Me voy a comprar pan de masa madre al supermercado que ni es pan ni de masa madre; pero lo parece, y de ilusión también se vive.

1 comentario:

  1. Lo de la masa madre, lo resume todo. Y no hace falta ser experto para confirmar que hay muchos tejados en España tantos o más como campos de tierras cultivable.

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