Las derechas quieren otras elecciones porque piensan que esta vez el
PSOE y sus múltiples aliados perderían frente al PP y VOX, pero también con el
temor y la angustia de que esto no se fuera a dar como pasó en las últimas
elecciones y se quedara todo igual.
La línea de actuación de la derecha se basa en denunciar una y otra vez
la ilegitimidad del Sánchez para gobernar ahora sobre la base de la
inconstitucionalidad de la amnistía, de su alianza con partidos que quieren
romper España o de los privilegios a los catalanes, que van a tener más que los
madrileños como esto siga así.
Las amnistías (y los indultos, que son casi lo mismo), se han dado varias veces en España, tanto de tipo político
como económico. Tambien se han negociado en el pasado cesiones a Cataluña,
tanto gobernando la derecha como la Izquierda (Aznar indultó a etarras, por
ejemplo y negocio con el Honorable Pujol, hablando en catalán, según el mismo
dijo). Eso no quiere decir que estemos de acuerdo con estas gracias, depende de la ideología de cada cual o del estado de ánimo que uno tenga; yo no estuve de
acuerdo con algunas amnistías o indultos que se dieron, pero tengo que
reconocer que contribuyeron al sosiego y a reconciliación entre españoles. Las
de tipo económico son las que menos me gustan, pero son necesarias si esto
supone acabar con el fraude a la Hacienda pública; lamentablemente las que se
han dado no han servido para corregir el fraude que sigue y sigue tolerándose.
La amnistía condona una mala actitud, no permite que se vuelva a hacer porque
entonces no serviría para nada. Supongo que eso lo saben todos los actores,
aunque todos deforman el concepto de amnistía según les conviene.
La situación política se complica porque la ciudadanía es cada vez más "trasversal" y cambian los "frentes" en lo ideológico. A pesar de la polarización de la política de la que tanto se habla eso es verdad en los sectores más ideologizados o en los partidos políticos muy encerrados en sí mismos; en la población sin embargo, el frente derecha-izquierda tradicional se está desfigurando en múltiples maneras de entender las cosas debido seguramente a lo cambiante de los fenómenos sociales, del aumento de las diferencias económicas entre la población, de la crisis de las clases medias, en las que unas suben hacia arriba y otras se hunden hacia abajo, cambiando sus perspectivas y cambiando también de ideas o simpatías a los partidos por las que los tuvieron, o del aumento, otra vez, de sectores de población muy empobrecidos que se radicalizan hacia los extremos.
Han aumentado, sin embargo, algunos nacionalismos y soberanismos en las
periferias donde las formas identitarias no estaban tan radicalizadas, como en
Cataluña, sobre todo, donde el bon seny
ha desaparecido volviendo también a rebrotara el nacionalismo español
chauvinista, exclusivista y anti catalanista como en tiempos de la II
República, o la creciente conciencia de ser víctimas y estar marginados en las
comarcas rurales de la España del interior (que es una cosa nueva), que por más
de que los partidos que los representaban no hayan tenido buenos resultados
electorales, no quiere decir que ese victimismo no va a ir en aumento y tome
formas representativas nuevas en un futuro.
Mientras, tenemos una actitud cada vez más crispada del Partido Popular
y VOX que encuentran bastante apoyo en la población, pero su escasa visión de
los cambios sociales que se dan en la sociedad española y europea los inhabilitara
a largo plazo si no se pones al día de la complejidad y pluralidad de la
sociedad que ya no es la del franquismo ni la del tardofranquismo y que todavía va a cambiar más. Algo
parecido le ocurre a alguna izquierda que de aparecer como anti-casta e innovadores
de unas nuevas maneras de hacer política alejada de los clichés y de los
sectarismos que caracterizan a la política convencional han pasado a competir
con una crispada acción política ortodoxa también.
En cuanto al Partido Socialista está condicionado por dos flancos que le
dificultan desarrollar sus inclinaciones. Por un lado, el social, por la
presencia de Sumar y diversos movimientos sociales y tendencias sociopolíticas,
como el feminismo, el propio sindicalismo y la creciente conciencia ecológica,
que expresan novedades unas veces racionales, otras excéntricas pero que va en
aumento en la sociedad. Por otro lado, el territorial, en particular, el conflicto
político con Cataluña, empezando con su desjudicialización y la negociación de
la amnistía política algo necesario para la vuelta a la normalidad después de
cinco años del fallido Proces en Cataluña.
El bloqueo de las derechas, aunque Sánchez pueda llegar a conseguir la
investidura, no le va a dar una gobernabilidad estable, y esto va a ser la de “Dios
es Cristo”. Unas nuevas elecciones no creo que resolviera la cosa porque
saldría casi todo igual y aunque ganaran las derechas o hubiera un gobierno
PSOE-PP. algo quimérico hoy en día, saltaría todo por las costuras de la
reivindicación social, por las periferias nacionalistas y por las extremas
derechas exaltadas que se tirarían también al monte (ya se están tirando).
O sea; un poco complicado el futuro, más si la situación económica y la
política internacional geopolítica se va complicando como está ocurriendo. Pero
hay que ser optimista, como decía don Francisco Franco: “estábamos al borde
del precipicio, pero hemos dado un paso hacia delante”.
Me parece muy interesante tu afirmación de que las amnistías y los indultos son casi lo mismo. En mi opinión, es así desde el punto de vista del beneficiario, porque con cualquiera de los dos se va de rositas. Pero desde el punto de vista del resto son muy diferentes.
ResponderEliminarSe trata de una afirmación muy rotunda, que no se puede digerir como si tal cosa, justamente ahora, cuando la principal crítica que se hace a la concesión de la amnistía a cientos de delincuentes se basa en su inconstitucionalidad y se explica únicamente por la necesidad que tiene Sánchez de conseguir unos cuantos votos para mantenerse en el poder a costa de lo que haga falta.
Por eso, estaría muy bien que trataras de desarrollar ese “casi”, de explicar su alcance y sus consecuencias y arrojar algo de luz sobre si la concesión de esa amnistía manchará de indignidad a quien la conceda y a cuantos han manifestado su beneplácito a su líder.
El tema está tan manido que yo ya no lo debato, cada uno se queda con su copla y el futuro hablará, a lo mejor para mal para todos. Solo digo que la indignidad de nuestros políticos de todos los colores tienen y han tenido mucha historia, no nos demos ahora como como esquisitos y ofendidos que todos somos culpables por cómplices u omisión.
ResponderEliminarParece que el tema no te importa demasiado (se te nota cierta desgana), pero sin embargo participas en el chat, luego te importa.
ResponderEliminarLas indignidades pasadas no justifican las presentes ni las futuras y que el ciudadano se resigne a que pase lo que tenga que pasar es lo que más desean los políticos.
Y no sé tú, pero yo no quiero cargar con la culpa de las decisiones de los políticos que considero corruptas e indignas.