Parece que era hoy, pero de estos cinco
ya han desaparecido tres. Todos los partidos lo llevan mal, pero unos peor que
otros.
Ciudadanos. La mayoría lo da ya por muerto, por lo que empiezan las deserciones con vistas a otros partidos, al PP o de VOX, que es a donde quieren ir a parar. El problema es que esos partidos ya tienen suficientes candidatos y van a ver a los nuevos como advenedizos. La complicación de los tránsfugas es que solo se reciben bien si garantizan muchos votos y los lideres de Ciudadanos está de capa caída.
El PAR tampoco está para tirar güetes,
una facción de su partido ha llevado a los tribunales a la que ganó en Congreso
último de este partido y al parecer los críticos han ganado el juicio. Siguen las
guerras internas y no se sabe cómo acabarán; ya sabemos que estar guerras
internas son demoledoras para alcanzar un buen resultado electoral, que en caso
de partidos pequeños los puede llevar a desaparecer.
A la izquierda del PSOE, varios
frentes electorales se disputan un 15% del electorado (cada vez menos, según
las últimas encuestas); son grupos, partidos o colectivos en los que solo
quienes militan en ellos activamente aciertan a conocer las diferencias
ideológicas que les separan, que parece que son muchas, casi tantos como
militantes a esos partidos y colectivos, Si no logran unirse en un clima de paz
creíble, gran parte de su electorado, desilusionado, se abstendrá como ya viene
siendo habitual en las últimas elecciones.
El PSOE, sigue enmarañado en dos
facciones que no pueden disimular; la que apoya a Sánchez y la que le odia. Lamban
dijo hace unas semanas que Sánchez es una desgracia para España, luego lo desmintió
(este hombre parecía del PAR, pero cada vez se parece más a VOX). El faccionalismo
sectario ha sido habitual siempre también en el PSOE, aunque tiene una
clientela fiel alta mande quien mande en el partido; tuvo una mala época con el
desgaste de los antiguos cuadros por la corrupción y la aparición en la
juventud de Podemos, pero Sánchez puede con todos, no obstante, el PSOE no es
lo que era con Felipe y Guerra (son otros tiempos), está estancado en las
encuestas y si a su izquierda no avanza, no logrará la mayoría necesaria. Es
paradójico, pero a Sánchez le interesa una opción a su izquierda fuerte
electoralmente, si no es así el próximo gobierno será de VOX+PP.
El PP cuenta con un líder que está
resultando opaco, sin carisma, no se termina de ver su perfil de centro derecha
y se le come el papel la presidenta de Madrid, señora Ayuso, que tiene una
fuerte personalidad y carece de complejos para manifestarse como lo que es; de
escasa cultura, de derechas-derechas o de extrema derecha, pero no es tonta
como le gusta creer a la izquierda; tiene una inteligencia natural, sabe que el
electorado de centro derecha, en España, al contrario que en otros países de
nuestro entorno, es pequeño y débil. Aumentará en votos y cargos electorales en
detrimento de VOX, pero el PP sin VOX ni Ciudadanos le puede pasar como al PSOE
sin los apoyos a su izquierda. El PP, empieza a tener problemas con VOX, pero
más que irle mal al PP, le puede favorecer como le ocurrió en Andalucía.
VOX, desde que perdió en las
elecciones andaluzas y le salió un grano en el culo (Olanitis), no va bien en
las encuestas y menos si Ayuso se consolida como líder del PP. Dado el sistema
electoral que en las provincias poco pobladas castiga a los pequeños, si pierde
votos irá en decrecimiento de diputados (votos perdidos, junto con Ciudadanos)
y esto le va mal al PP), pero nada está escrito de aquí a las generales.
Una alianza entre PSOE y PP es lo
que querrían los poderes facticos económicos europeos, pero eso es imposible
hoy, aunque se puede esperar de todo. Con Ayuso y Sánchez eso es imposible; no
hay matrimonio ni pareja de hecho; se tendrían que divorciar de su pareja o
trio cada uno/a y entrar en pecado mortal. En el caso de Sánchez el pecado es
de lujuria y permisividad, pues se acuesta con 10 o doce, y en contra de lo que
decía hace unos años parece que duerme bien. El PP le exige que deje a sus
queridos aliados, pues son perversas y disolutas esas alianzas que se lleva con
socialvolivarianos, regionalistas democristianos, soberanistas periféricos e
independentistas varios.
De la España vaciada existe no me
atrevo a pronosticar; si se cumplen los vaticinios esto podría distorsionar los
resultados electorales, no sabemos en contra de quien. Las elecciones
municipales y autonómicas despejaran las dudas.
Como siempre, todo lo que pronostico
puede ser mentira, y eso que solo me equivoco en mis previsiones en torno a un
50%. Cuando haya elecciones nos enteraremos de quien las ha ganado y
criticaremos al gobierno que salga para decirle pronto que dimita. Las gane
quien las gane.
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