Yo creo que no o más bien poco. Y que conste que no soy votante de este partido o lo que sea. Ahora se ha puesto de moda el llamar populista a todo lo que se mueve en política pero que no nos gusta. Así vemos calificar a los partidos, sindicatos, movimientos sociales, gobiernos autonómicos o, al propio gobierno de la nación: “populistas, cantonalistas, fascistas, comunistas”... La mayoría de los políticos profesionales, de los tertulianos y de los periodistas llaman a VOX, a Podemos y a los nacionalistas periféricos, populistas. La intención está clara; la palabra populismo tiene una significación peyorativa, la han desprestigiado los creadores de opinión que simplifican todo para no tener que discurrir mucho; llamar a los rivales populistas es como arrogarse un plus de respetabilidad, sin embargo, a los que consideramos aliados, ya no son populistas. Para el PP, VOX no es populista sino hermano equivocado. Los de Bildu para el PNV, hijos descarriados y así.
El señor Lambán arremete contra los
peligros de “cantonalismos populistas” como la formación que lidera don Tomás
Guitarte y otras que pudieran surgir en la España interior despoblada, mientras
que don Pedro Sánchez, del mismo partido, lo mima en los presupuestos. El señor Sánchez (al
contrario que el señor Lambán), ve a Teruel Existe, como un movimiento social, democrático
y responsable.
En Madrid, el único diputado de
Teruel existe es visto como imprescindible para la gobernabilidad del país por
un Perico Sánchez que asume sus reclamaciones, como se ha hecho visible en el
reciente debate de los presupuestos generales del Estado al conseguir 4.200
millones de euros para la despoblación e infraestructuras no radiales, como la
autovía Alcañiz-Reus. Y en Aragón, el PSOE ve al movimiento liderado por don
Tomás Guitarte como el rival electoral a batir, le cierra todas las puertas del
diálogo e incluso don Javier Lambán ha elevado el tono al arremeter
recientemente en el denominado Foro G-8, integrado por las ocho comunidades
autónomas más despobladas, contra "los cantonalismos populistas" como
Teruel Existe, cuando este partido no persigue ni tiene en sus objetivos, que
yo sepa, la consecución de una república federal.
Los populismos fueron corrientes
sociales europeas radicales de centro derecha o centro izquierda (radicales de
centro, aunque esto pueda parecer paradójico), En Sudamérica se les
atribuyó este nombre a algunas corrientes de esta índole, especialmente al
"peronismo". El partido más cercano al populismo en España fue el
progresismo Radical Republicano, quizá el más importante de los partidos a finales del siglo
XIX y principios del XX (cuando se podían hacer elecciones reales, que no siempre se
pudieron hacer). En un periodo de gran confrontación como fue la guerra del 36,
este partido, anti-federalista unitario, desapareció, pero su cultura política ha
permanecido generalmente integrada en el PP, un partido populista, y sobre todo
en el PSOE, que más que socialdemócrata es progresista populista, o están las dos
almas en el mismo partido. Don Jabier Lambán, como lo fue don Alejandro Lerroux, es un
típico representante del populismo político. También muchos “barones” del PSOE
y del PP, son populistas. Sin embargo, no lo saben, y llaman populistas a los
demás que sin duda lo son también; el populismo es consustancial a la democracia,
quizá un defecto o una corrupción demagógica de esta. Pero en mayor o menor
medida todos los partidos y movimientos sociales lo practican.
Hay o ha habido políticos
excepcionales que no han sido populistas, pero los menos, y no les fue bien. Si
quieren los políticos que les voten, no les queda más remedio que ser
populistas. Si no lo son, en democracia, no duran más de una primavera.
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