Actualidad. Año nuevo vida nueva.

Aunque el COVID seguirá siendo el principal problema que vamos a afrontar en 2022, lo que interesa de verdad a los políticos y a los medios de comunicación son las elecciones. Estamos en constante campaña electoral. Por lo menos, los que no solo leemos futbol o deporte, así lo notamos. Ya se han convocado elecciones en Castilla-León y según como salgan se convocarán también en Andalucía. 

Quedan mucho para las municipales también se encargan encuestas; yo siempre digo que los resultados de las encuestas favorecen a quienes las encargan, por eso las del CIS favorecen al gobierno, esté quien esté, y las de los periódicos según su línea electoral. No es que sea mal pensado, es que es así repetitivamente. Pero a veces aciertan, y marcan tendencia como la moda.

El PP ganaría en Zaragoza sin problemas; Jorge Azcón es de lo mejor que tiene el PP y harían muy mal en quitarlo para llevárselo a otro sitio; su sustituto no le llegaría a la “suela del zapato” y si se presentaba a la DGA igual no ganaba, así que le harían un flaco favor. Su liderazgo se consolida, tanto dentro de su partido como fuera en las calles. El último barómetro municipal apunta a una victoria del PP, y lograría la mayoría absoluta junto a la ultraderecha en Zaragoza (si el barómetro acierta).

El PSOE quedó muy quemado en la ciudad donde es su feudo, después de muchos años de gobierno no asumió su derrota y que gobernara un alcalde a su izquierda que además le sacaba sin pudor los trapos sucios y corruptelas que dejó; en cuanto a está, o sea, la izquierda del PSOE está pagando sus errores y la inmadurez de su gestión como si tuviera mayoría absoluta cuando solo la tenía relativa y necesitaba el apoyo del PSOE y CHA, sin el cual, no podía llevar a cabo ninguna iniciativa. Además del sectarismo entre las diferentes facciones. La experiencia de cómo se fraguó la candidatura de “Zaragoza en Común” es de las más interesantes y democráticas que se han dado en España, pero Podemos en Aragón se marginó de ella y hoy Podemos Aragón es irrelevante y ha dejado irrelevante también a la Z. En C. y a la CHA, que está desaparecida también en el ayuntamiento y en la DGA. No se que futuro tiene la CHA, a pesar de que “el aragonesismo de izquierda” tiene un fuerte arraigo sociológico en Aragón

El fin de Ciudadanos está escrito y solo hace falta la firma de su defunción. Fue un partido sin base social apoyado por la internacional liberal y sectores del empresariado y las finanzas porque el PP se le consideraba en declive, pero el PP, al igual que el PSOE, tienen fuelle para rato, pues tienen unas bases electoras y sociológicas muy altas que solo se tambalean en época de crisis producidas sobre todo por la fuerte corrupción interna. Pero reviven. Que nadie se haga ilusiones, no les ha llegado la hora de su decadencia.

El PAR podía ocupar el centro derecha que falta en Aragón, similar al PNV en el País Vasco, paro ya vemos como están. A la greña entre ellos. La mitad no quieren a su actual dirigente, que como ya decía en otro artículo, es quien en realidad gobierna en Aragón; no entiendo porque la mitad de su partido no lo quiere. Sin él, el PAR sería otro partido de extrema izquierda subordinado al PP; o sea, desaparecería como le ha pasado al Ciudadanos y como terminará VOX, aunque este último partido tiene fuelle todavía mientras siga el problema del COVID y si a extrema derecha europea se consolida que está por ver.

La incógnita es Teruel Existe, que puede transformarse en Aragón existe; no se sabe de donde vinieron sus votos, que parecen trasversales, como se dice ahora, de las derechas y de las izquierdas, quizá de gente joven. Como no se sabe, nadie se atreve a dar un pronóstico; los diferentes partidos prefieren ignorarlos. Quien peor habla de ellos es Lamban que los acusa de populistas.

Bueno, y que a ningún partido se le ocurra apoyar el trasvase, o parezcan que lo están apoyando, que no ganará las elecciones. Es decir; todos los partidos están obligados a ser populistas.