jueves, 4 de noviembre de 2021

Comentario. Cataluña: ¿Cómo tenía que ser el día después de la Declaración Unilateral de Independencia?

¿Y qué queda de ella? Según los partidos independentistas, las fronteras estarían controladas por la Generalitat, la nacionalidad catalana reconocida en el exterior, un nuevo Tribunal Supremo y pensiones garantizadas

¿Era posible una independencia unilateral y con el estado español frontalmente en contra? Para intentar mitigar la alarma entre los que la rechazaran, la ley de transitoriedad comprometía al nuevo estado a respetar el derecho vigente hasta entonces (es decir, las normas locales, autonómicas, estatales y de la UE) y también a dar continuidad a los actos administrativos, ya fueran "autorizaciones, licencias, concesiones, certificaciones, evaluaciones, titulaciones, acreditaciones o permisos", y a los tratados internacionales subscritos por España (al menos los que no fueran contradictorios con la independencia). Se trataba de garantizar que la independencia no generaría ninguna conmoción. "El criterio que preside y guía toda la regulación de la ley es el de asegurar la máxima continuidad posible a la regulación existente". El contenido de la Constitución Española -en cuanto a derechos fundamentales- y también el del Estatut, formalmente derogados por la nueva "norma suprema", habrían continuado siendo de obligado cumplimiento hasta que se hubiera completado el proceso constituyente. La Declaración Unilateral de Independencia, como todas las movilizaciones quiméricas, vive ahora en el cementerio de las declaraciones olvidadas por el independentismo. De 2017 ya solo se reivindica el referéndum y no como una herramienta vinculante.

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