Tremendo, todavía hay gente que cree que eso del virus es mentira, aunque cada vez hay menos negacionistas o, por lo menos, no se les escucha tanto. Las autonomías están desbordadas y el gobierno central se ha quitado el “marrón” de encima porque así le obligó el parlamento; está en un segundo plano dedicándose a las cuestiones sociales, que no está mal, pero desatendiéndose de las sanitarias, porque sin “Estado de Alarma” la competencia es de las comunidades autónomas.
Lo dramático es que los centros de
atención primaria vuelven a estar colapsados y en los barrios más envejecidos no se atiende a
los que no son enfermos de coronavirus; en los hospitales se empiezan a retrasar intervenciones
de enfermos severos; si no baja la curva pronto la situación será mala, muy
mala, y la economía se resentirá de verdad por no querer que se resienta la
economía. A no ser que lo que se quiere es que se siga muriendo gente,
especialmente mayores, así se resolverá de una vez el problema de las jubilaciones,
por baja fatal de los beneficiarios de la Seguridad Social. Las funerarias,
como aquellos enterradores de las películas del Oeste, saldrán ganando con los
difuntos del tiroteo, que esta vez es el Covi-19. Siempre hay quien sale
ganando de las desgracias.
Creo que volveremos a tener de nuevo el
Estado de Alarma, toque de queda, de sitio o de guerra; no sé, lo que diga la
UE y la OMS. Alguien tendrá que poner orden, y el orden lo pone el que aporta
el dinero, que en este caso es mucho. Todos sabemos quién pone el dinero para
salir medianamente bien de la economía. O sea, que los de las caceroladas, los
que piden libertad para hacer el ganso o que se toman las medidas sanitarias
por donde les pasa por los huevos, se tendrán que aguantar. Eso o más muertos y
miseria futura.
Los grupos liberales de la UE ya “le
leyeron la cartilla” a Ciudadanos y ahora están poniendo firmes al PP. Los
del “Proces” están desfondados en un “quiero y no puedo”. La pandemia,
como a todos los partidos y movimientos sociales les ha llegado malamente. Los
nacionalistas de Euskadi y navarra están en plan realista y posibilista como la
situación requiere; son ahora los más listos de la política, además, los
vascones, son los españoles que tienen más industria y resisten mejor la crisis
económica, y la mayoría de los varones del PP de las autonomías también lo están
haciendo bien, quiero decir, cómo pueden y saben, que no es fácil; al igual que
el gobierno central, con aciertos, errores y sofocos. Todavía Madrid, con su Agustina
de Chamberí, se resiste, pero ya pide que les dejen a ellos poner el toque de
queda y el mando en plaza; no van a ser menos que los flamencos de Bélgica.
Vox está que se sale, a la suya, y
seguirá; sigue llamando criminales y asesinos al gobierno y a sus apoyos, y a
la derecha amiga les dice: “maricomplejines”, gente débil; han conseguido que la política se haya convertido en una película mala de serie B del cinematógrafo. Pero la situación económica no va a ir a bien a corto plazo. Si los demócratas no acaban de verdad con la corrupción, revierten los recortes y se distribuye la riqueza para evitar las bolsas de miseria o de pobreza, la alternativa será Vox, los nacionalismos irracionales y posiblemente la balcanización de España.
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