martes, 18 de diciembre de 2018

Ocio y folclore. Almuerzo jotero en Vinaceite.

Vinaceite

El pasado domingo, día 16, se celebró el almuerzo jotero en vinaceite, el último ya del año 2018, que el grupo de joteros y joteras del Bajo Martín celebra por estas fechas. 12 tañedores y el resto casi todos cantadores hasta un total de 36 asistentes se dieron cita en esta villa que, junto a los clientes del bar, disfrutaron de un rato muy agradable. Al finalizar a eso de las 12 y pico horas (desde las 9:00 horas de la mañana), regresaron “cada mochuelo a su olivo” hasta el año próximo para empezar una nueva temporada por los pueblos del Bajo Martin.
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Autor: Emilio Abadía Jariod.






Vinaceite es un topónimo mayor de etimología árabe (Abin Assayyid), “Descendientes del señor”, cuya transcripción es una expresión que indica gran prestigio y parece estar unida a la autoridad de los representantes de los poderes estatales. Su primera mención documental es de 1177, cuando se cita a un vecino de Codo llamado Xenen de Binizaet.
Existen en el término municipal restos arqueológicos que denotan una ocupación anterior, ya desde época prerromana. De entre ellos cabe destacar el yacimiento arqueológico de “La Bovina” (Bien de Interés Cultural), situado a un kilómetro del actual núcleo urbano de Vinaceite, cuya primigenia ocupación está datada en la Primera Edad del Hierro y que se prolonga hasta el siglo I a. C.
Tras el paréntesis de la época bajoimperial romana y visigótica, de la cual no se han hallado restos en nuestro término municipal, tuvo lugar el momento de la dominación musulmana. Desde mediados del siglo VIII la cuenca del río Aguasvivas fue objeto de un vasto proceso de poblamiento, momento en el que probablemente es fundado el núcleo original del actual Vinaceite.
Desde 1119, y tras la reconquista, el distrito musulmán se transforma en una amplia honor que englobaba el cauce del río Aguasvivas desde Huesa a La Zaida y que a lo largo de los siglos irá atrayendo señores feudales y órdenes religiosas y militares cuarteándose en diferentes realidades señoriales. Una vez disuelta la honor de Belchite de Galindo Jiménez a mediados del XIII, Vinaceite se encontrará en la órbita de Belchite pero en ocasiones no está incluido en su territorio. El noble Pedro Sesé, linaje que circuló oscuramente por el siglo XIII antes de ser ascendido por Pedro IV, conseguirá La Puebla de Albortón, una parte de Belchite y algunas otras propiedades. Estos Sesé se vinculan como señores de Vinaceite pero no muy claramente: se habla de Juan Galíndez de Sesé como señor de Vinaceite en 1327 y que continuarían como tales hasta su apoyo a los Luna y a Jaime de Urgel. Años más tarde las interrelaciones de parentesco de los pequeños señores de frontera hacen difícil su seguimiento hasta que una gran parte del río Aguasvivas pase a la Casa de Luna tras la derrota de la Unión en Epila y Pedro Fernández de Híjar, hecho prisionero, tenga que vender sus posesiones de Belchite y La Puebla. La recuperación posterior será facilitada por la nueva monarquía de los Trastámara con una nueva venta gracias a los apoyos recibidos de los Fernández de Híjar que volvían así a la primera plana y al control de los señoríos del río Aguasvivas.
En mayo de 1431 Alfonso el Magnánimo había donado Lécera y Vinaceite a Juan Fernández de Híjar, confiscados a Federico de Luna y su seguidor Fernando de Sesé. En febrero de 1432 la reina María vendió Belchite, La Puebla y Almonacid a Juan de Híjar por valor de 16.000 florines, una cantidad muy importante que aumentó con otros 16.000 para pagar la carta de gracia antes de los tres años. Por estas deudas acumuladas cedió Vinaceite a un señor zaragozano, Luis de Coscó, en 1438 por 4.200 florines de oro, encubriendo lo que realmente era un préstamo. El lugar pasará a una descendiente casada con Ferrer de Lanuza pero Luis de Híjar haciendo uso de la carta de gracia lo recompró en 1511 por 50.000 sueldos y se incorporó definitivamente a los dominios de la casa de Híjar. Unos años antes podemos conocer el estado de la población de Vinaceite gracias a uno de los documentos más interesantes de la Historia de Aragón: el llamado censo de Tarazona de 1495. Eran 32 fuegos, pero no sabemos el número de habitantes porque ese concepto no lo da el censo ya que les interesaba lo que debía pagar cada casa, fuego o familia y dentro de ese término podría haber cuatro o cinco personas (padres e hijos o padres, hijos y abuelos).
Esta población experimentó, como el resto de Aragón, un notable crecimiento a lo largo del siglo XVI. La población mudéjar del reino fue obligada a convertirse al cristianismo por el emperador Carlos en 1525, lo que dio lugar a que se les llamase moriscos.
El bando de expulsión de los moriscos de Aragón fue dictado en 1610 y del reino salieron todos por el Pirineo (Roncesvalles) y por el puerto de los Alfaques en el Mediterráneo. De Vinaceite salieron 58 casas a cinco individuos según el censo de expulsión, es decir 290 habitantes en el cómputo del virrey marqués de Aytona (aunque según los datos de embarque del puerto de los Alfaques sólo fueron 210). Vinaceite, al ser una población enteramente morisca, acabó despoblada en 1610 y el duque de Híjar tuvo graves problemas para lograr asentar nuevamente una población que pagase sus rentas. Se necesitará una carta de población tan tardía como la de 1636 para que se pueda hablar de remonte en la población y en la situación calamitosa del pueblo.
Después de las dificultades de la repoblación, Vinaceite tiene en el censo de 1646 tiene 19 fuegos que a comienzos del siglo XVIII, después de la Guerra de Sucesión, se quedan en 8 en 1718, con 12 casas habitadas; y en el vecindario de 1778 han aumentado a 85 las personas que viven en el pueblo.
En 1841 desaparecían los diezmos y el duque de Híjar veía cómo muchos de sus vasallos se hacían con las tierras que habían sido treuderas al no poder identificar cesión territorial con propiedad.
Vinaceite, liberado del yugo de su señor feudal, siguió creciendo en cuanto a número de habitantes alcanzando los 470 en 1900 y los 609 en 1950, como máxima población. Desde entonces nuestro pueblo, debido a la emigración a mayores núcleos de población en busca de mejores condiciones de vida, ha ido declinando en cuanto al número de habitantes. Actualmente el número de personas censadas en nuestra localidad asciende a 314 (censo de población de 2010).
* Buena parte de la información son extractos de “Vinaceite y su historia”, de Eliseo Serrano en Vinaceite , Memoria viva, Teruel,2002, libro coordinado por Luis Calvo.
También podrás encontrar en este menú información sobre:
Los nombres de los vecinos de Vinaceite. Cartas de población
Tras la expulsión de los moriscos, en el año 1611, Vinaceite quedó completamente deshabitado, ya que su población era enteramente de moriscos. Fueron necesarias tres cartas de población, dadas por el Duque de Híjar, para que se asentara una población.
Fuente: Ayuntamiento de Vinaceite.

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