Vinaceite |
El pasado domingo,
día 16, se celebró el almuerzo jotero en vinaceite, el último ya del año 2018,
que el grupo de joteros y joteras del Bajo Martín celebra por estas fechas. 12
tañedores y el resto casi todos cantadores hasta un total de 36 asistentes se
dieron cita en esta villa que, junto a los clientes del bar, disfrutaron de un
rato muy agradable. Al finalizar a eso de las 12 y pico horas (desde las 9:00
horas de la mañana), regresaron “cada
mochuelo a su olivo” hasta el año próximo para empezar una nueva temporada
por los pueblos del Bajo Martin.
Autor: Emilio Abadía Jariod.
Vinaceite es un
topónimo mayor de etimología árabe (Abin Assayyid), “Descendientes del señor”,
cuya transcripción es una expresión que indica gran prestigio y parece estar
unida a la autoridad de los representantes de los poderes estatales. Su primera
mención documental es de 1177, cuando se cita a un vecino de Codo llamado Xenen
de Binizaet.
Existen en el
término municipal restos arqueológicos que denotan una ocupación anterior, ya
desde época prerromana. De entre ellos cabe destacar el yacimiento arqueológico
de “La Bovina” (Bien de Interés Cultural), situado a un kilómetro del actual
núcleo urbano de Vinaceite, cuya primigenia ocupación está datada en la Primera
Edad del Hierro y que se prolonga hasta el siglo I a. C.
Tras el paréntesis
de la época bajoimperial romana y visigótica, de la cual no se han hallado
restos en nuestro término municipal, tuvo lugar el momento de la dominación
musulmana. Desde mediados del siglo VIII la cuenca del río Aguasvivas fue
objeto de un vasto proceso de poblamiento, momento en el que probablemente es
fundado el núcleo original del actual Vinaceite.
Desde 1119, y tras
la reconquista, el distrito musulmán se transforma en una amplia honor que
englobaba el cauce del río Aguasvivas desde Huesa a La Zaida y que a lo largo
de los siglos irá atrayendo señores feudales y órdenes religiosas y militares
cuarteándose en diferentes realidades señoriales. Una vez disuelta la honor de
Belchite de Galindo Jiménez a mediados del XIII, Vinaceite se encontrará en la
órbita de Belchite pero en ocasiones no está incluido en su territorio. El
noble Pedro Sesé, linaje que circuló oscuramente por el siglo XIII antes de ser
ascendido por Pedro IV, conseguirá La Puebla de Albortón, una parte de Belchite
y algunas otras propiedades. Estos Sesé se vinculan como señores de Vinaceite
pero no muy claramente: se habla de Juan Galíndez de Sesé como señor de
Vinaceite en 1327 y que continuarían como tales hasta su apoyo a los Luna y a
Jaime de Urgel. Años más tarde las interrelaciones de parentesco de los
pequeños señores de frontera hacen difícil su seguimiento hasta que una gran
parte del río Aguasvivas pase a la Casa de Luna tras la derrota de la Unión en
Epila y Pedro Fernández de Híjar, hecho prisionero, tenga que vender sus
posesiones de Belchite y La Puebla. La recuperación posterior será facilitada
por la nueva monarquía de los Trastámara con una nueva venta gracias a los
apoyos recibidos de los Fernández de Híjar que volvían así a la primera plana y
al control de los señoríos del río Aguasvivas.
En mayo de 1431
Alfonso el Magnánimo había donado Lécera y Vinaceite a Juan Fernández de Híjar,
confiscados a Federico de Luna y su seguidor Fernando de Sesé. En febrero de
1432 la reina María vendió Belchite, La Puebla y Almonacid a Juan de Híjar por
valor de 16.000 florines, una cantidad muy importante que aumentó con otros
16.000 para pagar la carta de gracia antes de los tres años. Por estas deudas
acumuladas cedió Vinaceite a un señor zaragozano, Luis de Coscó, en 1438 por
4.200 florines de oro, encubriendo lo que realmente era un préstamo. El lugar
pasará a una descendiente casada con Ferrer de Lanuza pero Luis de Híjar
haciendo uso de la carta de gracia lo recompró en 1511 por 50.000 sueldos y se
incorporó definitivamente a los dominios de la casa de Híjar. Unos años antes
podemos conocer el estado de la población de Vinaceite gracias a uno de los
documentos más interesantes de la Historia de Aragón: el llamado censo de
Tarazona de 1495. Eran 32 fuegos, pero no sabemos el número de habitantes
porque ese concepto no lo da el censo ya que les interesaba lo que debía pagar
cada casa, fuego o familia y dentro de ese término podría haber cuatro o cinco
personas (padres e hijos o padres, hijos y abuelos).
Esta población
experimentó, como el resto de Aragón, un notable crecimiento a lo largo del
siglo XVI. La población mudéjar del reino fue obligada a convertirse al
cristianismo por el emperador Carlos en 1525, lo que dio lugar a que se les
llamase moriscos.
El bando de
expulsión de los moriscos de Aragón fue dictado en 1610 y del reino salieron
todos por el Pirineo (Roncesvalles) y por el puerto de los Alfaques en el
Mediterráneo. De Vinaceite salieron 58 casas a cinco individuos según el censo
de expulsión, es decir 290 habitantes en el cómputo del virrey marqués de
Aytona (aunque según los datos de embarque del puerto de los Alfaques sólo
fueron 210). Vinaceite, al ser una población enteramente morisca, acabó
despoblada en 1610 y el duque de Híjar tuvo graves problemas para lograr
asentar nuevamente una población que pagase sus rentas. Se necesitará una carta
de población tan tardía como la de 1636 para que se pueda hablar de remonte en
la población y en la situación calamitosa del pueblo.
Después de las
dificultades de la repoblación, Vinaceite tiene en el censo de 1646 tiene 19
fuegos que a comienzos del siglo XVIII, después de la Guerra de Sucesión, se
quedan en 8 en 1718, con 12 casas habitadas; y en el vecindario de 1778 han
aumentado a 85 las personas que viven en el pueblo.
En 1841
desaparecían los diezmos y el duque de Híjar veía cómo muchos de sus vasallos
se hacían con las tierras que habían sido treuderas al no poder identificar
cesión territorial con propiedad.
Vinaceite,
liberado del yugo de su señor feudal, siguió creciendo en cuanto a número de
habitantes alcanzando los 470 en 1900 y los 609 en 1950, como máxima población.
Desde entonces nuestro pueblo, debido a la emigración a mayores núcleos de
población en busca de mejores condiciones de vida, ha ido declinando en cuanto
al número de habitantes. Actualmente el número de personas censadas en nuestra
localidad asciende a 314 (censo de población de 2010).
* Buena parte de
la información son extractos de “Vinaceite y su historia”, de Eliseo Serrano en
Vinaceite , Memoria viva, Teruel,2002, libro coordinado por Luis Calvo.
También podrás
encontrar en este menú información sobre:
Los nombres de los
vecinos de Vinaceite. Cartas de población
Tras la expulsión
de los moriscos, en el año 1611, Vinaceite quedó completamente deshabitado, ya
que su población era enteramente de moriscos. Fueron necesarias tres cartas de
población, dadas por el Duque de Híjar, para que se asentara una población.
Fuente: Ayuntamiento
de Vinaceite.
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