jueves, 6 de diciembre de 2018

ArtiCulo. Los tiempos cambian que es una barbaridad.

Los partidos en España se juegan todos
con  marca extranjera
                  

          Las elecciones andaluzas han dejado muy tocada a las izquierdas. Esta actitud demuestra lo sensible que somos en democracia en lo que se refiere a los resultados electorales. Parecería que la entrada de una corriente de extrema derecha en el parlamento, que en realidad es una rama alterada, exaltada y escindida del PP debido a la decadencia de este partido por la corrupción, hubiera ganado las elecciones generales.
          No ha sido así (de momento solo unos pocos en Andalucía), pero lo parece, y la relevancia que se le da, si se le sigue exaltaldo por los medios de comunicación y las “redes”, terminará por comerse al árbol del cual salió, o sea al PP, y a todos, porque estamos tan asustados que ya se empieza a exiliar alguna gente. Ciudadanos aguantará si sabe ocupar el espacio de centroderecha al cual dice que pertenece, pero si no resiste a la tentación de unirse a la extrema derecha, como lo viene haciendo últimamente, terminará por ser absorbido por esta, aunque muchos de los votantes actuales se le volverán a ir al PSOE. No hay en la derecha espacio electoral para tres partidos estatales. Para uno y medio con cuarto y mitad, quizá sí. Lo mismo para la izquierda; no hay espacio para más de dos. 
          Tal y como están las cosas parece que las elecciones generales van a ser de confrontación Izquierda-derecha. La “transversalidad”, un concepto posmoderno que hace solo unos meses estaba de rabiosa actualidad, y que parece que era la bandera de los nuevos partidos (Podemos y Ciudadanos), a desaparecido de manera radical. Tan radical que ahora la lucha (virtual por otra parte, como corresponde a la era de Internet) se va a dar entre el fascismo-antifascismo, entre el Movimiento Nacionalsindicalista y los rojos. Al año que viene me iré a Caspe o Faió a participar en una de esas recreaciones de la Batalla del Ebro. Naturalmente me apuntaré con los republicanos y esta vez ganaremos los buenos; que ya está bien de perder siempre; hasta en democracia.

          Lo de las encuestas electorales, ya lo vengo diciendo desde hace tiempo; creer en ellas es tiempo perdido. La crisis económica, la decadencia del modelo neoliberal capitalista que sustituyo al cristiano-socialdemócrata y Keynesiano (también capitalista) del “estado del bienestar”, hace que la gente se separe rápidamente de las propuestas políticas que se presentan a las elecciones de una manera cada vez más espectacular. Surgió con fuerza Podemos, surgió Ciudadanos, y ahora surge VOX, sin que desaparezcan PSOE ni el PP. En Cataluña la derecha nacionalista ha cambiado de nombre dos o tres veces; entre esto, que entiendo mal el catalán y que siempre los nombran por siglas, ya no sé cómo se llama el partido del president Quim Torra (que por cierto tiene ideas medio nazis también). Surgió en Cataluña Ciudadanos, y la democracia cristiana de UD desapareció. En Aragón ¿dónde están el PAR y la CHA?, que parecían fuerzas tan representativas y nacionalistas de Aragón. IU yo se donde está, pero todo el mundo me pregunta por ella, que no se le ve más que cuando Garzón asoma la cabeza en las ruedas de prensa entre muchos de Podemos; pero tiene más parlamentarios y concejales que cuando se presentaba en solitario.
          Los cambios son repentinos, sorprendentes e impredecibles. Alegrarse o enfadarse por los resultados es irrelevante en el contexto actual. Todo es sorprendente. La dialéctica de la historia avanza (o retrocede), a marchas forzadas. Todo se modifica y transforma en un tiempo político que no era el habitual en las democracias occidentales de las últimas décadas. Tampoco podemos analizar el fenómeno con los tiempos o los valores de la Europa de principios del siglo XX, por más que haya cosas que se le parezcan. Es todo nuevo; en proceso de modificación. En esta situación los ortodoxos o conservadores se quedarán obsoletos por más que se alegren puntualmente, y los modernos, si no son creativos y audaces, tampoco sobrevivirán a estas modificaciones. Vienen tiempos nuevos. Y las fuerzas representativas, si sigue subsistiendo la democracia (que esa es otra), serán también nuevas. Durante bastante tiempo convivirán las nuevas con las viejas y se irán mezclando y modificando sin que ni ellas lo perciban; de hecho, ya lo están haciendo. Podemos se está convirtiendo (organizativamente hablando) en un partido convencional; Carmela de Madrid, aupada por un movimiento asambleario se va a presentar de nuevo nombrando a su equipo personal (por poner un ejemplo). Cuando surgió Podemos me preguntaba en este mismo blog, quien estaba detrás de este partido anti partido, ya lo sé; según sus opositores, que tiene muchos, están el comandante Maduro de Venezuela y el clero fundamentalista chiita de Persia. Ciudadanos no se sabe, ni ellos lo saben muy bien lo que es, creo que liberal, pero no de los de Riego; ni siquiera isabelino. El PP hace elecciones primarias, algo revolucionario para ese partido, lo que no le ha evitado que le haya salido VOX por la derecha, que ya es surrealista porque en las primarias ganó el sector más de derecha, y el PSOE, bueno, el PSOE es… ¿qué es el PSOE?
          No solo ocurre en España. Miremos a mi tocayo Emmanuel Macron presidente de la República Francesa, parecía llamado a ser el faro de Europa y era el icono de Ciudadanos en España, y si sale a la calle sin la escolta de la guardia republicana lo apedrean las “masas”. Pues eso. Así están las cosas. No digo más porque me van a criticar y no me gusta ser chafardero.

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