En el “Boletín Unitario de Samper de
Calanda”, número 19, de septiembre de 1972, Alejandro Abadía París nos contaba
una historia, casi leyenda, que había escuchado a los mayores del pueblo y que
reproduzco más abajo. Se trata de cuando datan los “atripeceros “del camino del
Calvario y también de la costumbre de los que tocaban el tambor en las
procesiones de adornar el tambor con ramas de este árbol. De muy pequeño
todavía conocí esta costumbre y la practiqué; se ponía esta rama entre las
cuerdas del tambor o, los que ya tenían de llaves, entre estas.
El ciprés siempre ha sido un árbol
mitológico relacionado con el mito de la resurrección y me he preguntado
siempre si esta costumbre era algo más que un adorno y tenía una simbología más
antigua. De todas formas no sería recomendable que se actualizara esta práctica
antiecológica que terminaría con los raquíticos atripeceros. Traigo a colación
este artículo porque, seguramente la mayoría de la gente joven y menos joven,
no conocía esta costumbre que Alejandro nos actualizó hace ya un montón de años,
cuando ya no se practicaba. recreándonos una época, principios del siglo XX,
tan diferente de la actual.
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