viernes, 30 de marzo de 2012

Reseña: 373 aniversario del "Milagro de Calanda".


Juan Pellicer haciendose el cojo
para poder pedir en el Pilar

Si el “Milagro de Calanda” se hubiera producido en estos días en vez de hace 373 años y Juan Pellicer quisiera legitimar la verificación de los hechos ningún médico por muy pío que fuera certificaría, sin hacer el ridículo entre su profesión, que le salió la pierna como si fuera una sargantana a la que se le reconstruyen algunos miembros amputados.

Los milagros existen; no obstante un milagro es un hecho extraordinario que acontece cuando un defecto o enfermedad desahuciada por la ciencia ordinaria de ese momento, se  cura de manera inexplicable y se le atribuye a la fe (la que sea).

Pero el hecho en sí no debe ser “contra natura o la razón"; un tisico se puede curar; un lisiado se puede curar, a un ciego le puede volver la vista, un loco o loca puede sanar de su locura por su fe. Incluso un presunto fallecido reciente puede “resucitar”, como le ocurrió a Lázaro el de los evangelios.

Eso lo sabía muy bien la Iglesia de los primeros tiempos y no pudo resistirse a la tentación de manipular estas cuestiones animada por la popularidad que le producían estas cosas, algunas de ellas, seguramente, con base real, porque los primeros cristianos tenían mucha fe y entre ellos había gente muy capacitada en la taumaturgia.

Pero con el tiempo a la Iglesia se le fue el tema de las manos y ya no solo se producirían milagros reales o supuestos pero razonables. Con el tiempo empezaron a salir cristianos que andaban sin cabeza y luego se la ponían como si se hubieran operado en la MAZ (hasta ahora solo han injertado manos amputadas muy recientes y conservadas en Hielo), a resucitar muertos enterrados hacía décadas o jornaleros como Juan Pellicer que le creció un miembro amputado hacía ya tres años; miembro que, supuestamente, se había enterrado y tenía que estar más corrompido que nuestra clase dirigente actual.

Si Juan Pellicer hubiera vivido ahora y va con el cuento de que le salió la pierna, la Seguridad Social le habría hecho devolver todo lo cobrado por baja e incapacidad; Hacienda le habría multado por fraude y la Iglesia “se habría llamado andana”.

¡No habría milagro! por más notario que llevara o aunque un cirujano de Samper hubiera testificado a su favor como se dice que testificó en los documentos que se guardan.

¡Que ahora no es como en el “Siglo de Oro”, que ahora hay mucha más burocracia!  Aunque sigue existiendo la misma picaresca españolísima, pero tendría que cambiar el método y un modelo mas adecuado a estos tiempos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario