Antes, y aún ahora, sobre todo la gente más mayor, cuando queremos un rosado pedimos un clarete, y nos dicen “será rosado, el clarete no existe”. sin embargo, sí que existe, y es de una complejidad que cuesta comprender si no lo leemos y estudiamos bien.
Hay gente que
dice que la comercialización de este nuevo clarete es ilegal, pero no es así,
ya que algunas denominaciones de origen, como la denominación Tierra del Vino
de Zamora, lo reflejan en su pliego de condiciones.
Diferencias
entre clarete y vino rosado
Para conocer
las diferencias vamos a empezar en ver cómo se elabora el vino rosado y luego
pasaremos a detallar los procesos que conllevan la elaboración del clarete.
Cómo se
elabora el vino rosado
Así el rosado
es un vino que se elabora en “blanco” es decir se realiza un sangrado del depósito
para eliminar las pieles (orujos u hollejos) y fermentar solo el mosto
resultante, al igual que se elaboran los vinos blancos.
En función de
las horas que las pieles están en contacto con el mosto, la cantidad de color
será mayor o menor. Por ello, en el rosado es obligatorio que al menos el 50%
de las uvas sean tintas y la mayoría de las veces estos porcentajes son muchos
mayores.
Por tanto, el
rosado es un vino que proviene de la maceración de las pieles de las uvas que
están en el depósito para luego “sangrar” ese líquido y pasar a una
fermentación sin hollejos a baja temperatura para potenciar los aromas
primarios de la uva.
Proceso de
elaboración del clarete
En el caso del
clarete hablamos de un vino de aspecto rosado pero fermentado al estilo del
vino tinto. La legislación obliga a que un mínimo de las uvas que se usan para
la elaboración sean tintas, en concreto el 25%.
La forma
habitual de elaborar un clarete es la siguiente: se introducen las uvas tintas,
algunas veces se sangra el mosto tinto y se dejan las pieles en el depósito.
Otras veces, simplemente se añaden las uvas tintas y su mosto, para luego
rellenar el depósito con mosto de vino blanco, para que la maceración con las
pieles de uva tinta aporte ese color cebolla habitual en los claretes.
El
clarete pasa por ser un “vino tinto” elaborado con mucha uva blanca.
No debemos
dejarnos engañar y pensar que la calidad del vino es inferior. Es un vino
interesante, de color muy ligero, con mucha fruta en nariz y en boca, y la
delicadeza del vino blanco con un poco más de estructura debido a la aportación
de taninos de las pieles de uva tinta.
No sé si el
famoso “pajarilla” del campo de Cariñena, pertenece al llamado clarete,
ya que un cosechero de la zona me contaba que la pajarilla era un blanco de uva
macabeo (viura), fermentado como el tinto, es decir con el hollejo, pero quizá
no pueda considerarse clarete porque no tiene aportación de vino tinto; es todo
de “macabeo” según me comentan .
En la historia
del vino aragonés la pajarilla es sinónimo de clase y elegancia. Su color es
amarillo pálido con ribetes dorados y su aroma tiene gran intensidad de frutas
maduras, pasas, con matices de cítricos y frutas tropicales. Debe consumirse
muy fría, entre entre 7 y 8ºC, por lo que es muy recomendable para tomarse en
verano. Se recomienda su consumo con aperitivos de todo tipo, mariscos, arroces
de pescado así como con verduras y hojaldres.
Hasta hace
pocos años había un bar en Zaragoza, en “la Plaza del Carbón", que vendía el
vino pajarílla que refrescaba en un cubo con serpentín, una manera muy singular.
Los propietarios eran de un pueblo de la zona de Cariñena. A mi me traía, de
vez en cuando, este vino un compañero de trabajo que procedía de Encinacorba y
era de su propia cosecha..
Miguel Gracia Fandos
ResponderEliminarGracias Chuel. Nos hablas del pan, ahora del vino... te voy a citar como autoridad
ResponderEliminarPero que bien escribe este chico
ResponderEliminarhttps://catatu.es/blog/diferencia-entre-vino-rosado-y-clarete/
ResponderEliminarParte del artículo está entresacado de este blog al que sigo; debería de haber hecho referencia a el.
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