Somos la única especie que
pareciera lesionarse con los rayos del Sol. Es como si nuestros genes no
estuvieran preparados para estar expuestos al Sol.
La mayoría de las personas sufren dolores de espalda porque permanecen mucho tiempo de pie como si nuestra espalda no estuviera hecha para soportar la gravedad de la tierra.
Los humanos somos los únicos que
podemos contraer enfermedades crónicas por el simple hecho de consumir
alimentos naturales como si nuestros estómagos no estuviesen hechos para
soportar el propio alimento que produce este planeta.
Algunas especies a excepción de
nosotros son un poco más inteligentes unas que otras, podemos asumir que esa
diferencia es un salto natural producto de la evolución, no obstante, nuestra
inteligencia es mucho mayor, incluyendo a la de nuestro “supuesto” antecesor: los
monos.
Esta mal adaptación al entorno de
los humanos abre muchas conjeturas, pues tal vez venimos de otro lugar.
Parece ser que somos un híbrido de seres
extraterrestres de sangre caliente que se mezclaron con vertebrados de sangre
fría como los reptiles los saurios y no sé si los dinosaurios, y dieron, después
de muchas mezclas de laboratorio, a los humanos actuales. Otras mezclas
desechables son los mamíferos o las aves de sangre caliente; no los negros que
son humanos también como los caucásicos, los semitas, los camitas, los
mongoloides y los yankis. Me lo ha dicho un ángel (que son extraterrestres, por
supuesto) que me visita a menudo. Dice que las potencias superiores de las
galaxias cósmicas, planos psíquicos y espirituales y todos sus coros angélicos
estaban en contra de hacer experimentos en la tierra menos unos rebeldes al
serafín supremo y que por eso fueron condenados a vivir en planos de existencia
inferiores a su categoría donde todavía siguen tentándonos y dando “pol
saco”.
Parece ser que los extraterrestres
tienen sangre caliente, procrean con saliva y son hermafroditas, pero no tienen
huesos De ahí posiblemente el gusto de los humanos por el “morreo” y la
tendencia a la homosexualidad. Además, los extraterrestres, saben cromarse en
humanos a pesar de que su cuerpo es mucho más sutil que el nuestro, casi
incorpóreo; a veces habitan en la Tierra, aunque no son tantos como se dice y
los chinos y los japoneses no son extraterrestres como se sugiere; son humanos
como nosotros. Los extraterrestres (buenos), no tienen intención de molestarnos. No
necesitan móvil porque conocen la telepatía y la trasmisión de imágenes en
directo por todo el espacio sideral.
No los pueden condenar a muerte (a los malos), porque son inmortales
pues el cuerpo de los demonios, como el de todos los ángeles, es etéreo y
tienen una tarea que realizar así que hay que aguantarlos. Pero no les debemos
hacer mucho caso si creemos que nos aconsejan mal ni tenerles miedo; afectan, a
veces malamente, a nuestros sentidos anímicos y emocionales, pero,
paradójicamente, son los encargados de desarrollar nuestro intelecto e
inteligencia como hacemos nosotros con los perros o los gatos. Cuando terminen
de desarrollar nuestro intelecto y nuestra inteligencia (a no tardar mucho, en
unos cuantos miles de años), serán redimidos y rehabilitados de nuevo a los
cielos como los corruptos y delincuentes en la Tierra. O sea, que eso de que
están condenados eternamente nada -me dijo este ángel bueno de la jerarquía de las
Virtudes, al que pertenecían también los ángeles rebeldes o demonios antes de
echarlos al Infierno-, aunque no se si lo entendí o comprendí bien del todo
dado mi natural escepticismo y la dificultad en la comunicación, pues solo fue
posible comunicarme, y mal, después de varias novenas de ayuno intermitente y
tras una lifara que me ofrecieron en un restaurante que regentan unas brujas amigas
mías en Zaragoza, pero que no digo cual es por razones de seguridad y medio
ambiente. La lifara contenía: ternasco de Aragón, queso de Samper, huevos de
Lagunas, patatas y cebollas (tipo de Fuentes), del huerto de un amigo mío que
les llevé yo; ancas de fardacho de por donde los balsetes, caracoles de secano
del Montecico, cuscús sarraceno que me dio uno del pueblo (sarraceno por más
señas), aguardiente con sargantanas de por el Cabalto Lugar, pimiento choricero
(de Euskadi) y cava catalán.
Es difícil contactar y se producen muchas
interferencias, pero con voluntad, tesón y tiempo se logra, aunque no sea como
cuando hablamos con el móvil que es un invento vulgar del demonio. (Además, los
extraterrestres que son los ángeles buenos, como digo (al contrario que los demonios), no
tienen mucha voluntad de contactar con nosotros para no fastidiar más nuestra
evolución y dejarnos que maduremos y nos desarrollemos con libre albedrío, al
menos mientras estemos en la Tierra; después de muertos el desarrollo es muy
diferente según vayamos al Cielo, al Limbo, al Purgatorio o al Infierno, que,
este último, no es tan malo como dicen, solo que hay que trabajar, cosa de la
que ya estaremos liberados los que nos salvamos de las penas cometidas (yo no
del todo), porque tendré que pasar una buena temporada por el Purgatorio donde
tendré que hacer asistencia social según me ha dicho este ángel amigo mío, aunque
ahora hasta los ángeles buenos mienten como los políticos.
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