sábado, 29 de julio de 2023

Charrada. ¿Qué pensaría Santo Domingo si viviera ahora? ¡VIVA SANTO DOMINGO!

Esta entrada, la publiqué el día 6 de agosto de 2018 y el anterior, en el que pongo un enlace, del día 2 de agosto de 2014. Los traigo aquí este 29 de julio de 2023. Feliz fin de fiesta y que el próximo año vayamos a mejor.

          No soy partidario de representar a los santos y mitos de otras épocas para analizar el presente. Estos vivieron el suyo y sus circunstancias que fueron muy diferentes a las de ahora, pero siempre queda el regusto de pensar que opinarían si revivieran y tornaran a la actualidad. ¿Se morirían del espanto? ¿Volverían corriendo y despavoridos a la tumba?

          ¿Quizá quedarían maravillados por los avances que ha tenido la sociedad en todos los aspectos de la vida de la humanidad, sobre todo la de los países desarrollados?
          Sin duda los más inteligentes se quedarían reflexionando y estudiando los fenómenos actuales adaptándose a la nueva realidad; es decir, disfrutando.
          Los integristas y dogmáticos quedarían amargados pensando que habían caído en el infierno o que estamos a las puertas del Apocalipsis.
          ¿Se uniría Domingo de Guzmán a las peñas? ¿Celebraría la misa baturra intentando comprender los cambios del Vaticano II (y eso que solo se ha cambiado la mitad), él que era de la Iglesia medieval donde no se había introducido todavía el folclore popular del vulgar romanticismo burgués?
          Esta tontada de cavilación se me ha ocurrido viendo la preciosa fotografía de Antonio Zapater en la capilla del santo patrón del Pueblo, santo Domingo de Guzmán, que se encuentra junto al edificio que dicen que fue de la Orden de Predicadores; llamada también de los dominicos, por el tal Domingo fundada. Lo que es normal hoy en día, en el siglo XIII sería digno de ser “cremado en la foguera”; la foto con las majas y el alcalde socialista por lo menos (obra dicha foto de Satanás -dirán-, aunque solo es de uno de sus discípulos: “MAJANO”, donde aparecen retratadas también personas de singular beldad, carisma y buen rollo, algo imprescindible en estos días.
          De todas maneras, como me gusta analizar las biografías de los santos y pecadores pasados de acuerdo al contexto histórico en el que vivieron (producto, sin duda, de mi deformación sincrética y dialéctica), creo que Domingo de Guzmán fue de lo más avanzado y humanitario de su tiempo, que era una época de enorme brutalidad, entonces normal, pero que hoy nos sublevaría. 
          Así que a disfrutar la fiesta; de momento Domingo de Guzmán, si le pareciera que alguna cosa iba mal diría algo, digo yo, desde esas sus alturas celestiales y espirituales. Tengo la impresión, por lo tanto, que la cosa discurre por los cauces del libre albedrío, de la moral natural y de la constitucional. Ya cantaremos el pobre de mi cuando se acaben las fiestas, que para eso hay más días que longanizas, o sea, choricés.


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