jueves, 27 de febrero de 2020

Charrada. El apocalipsis.

Me pregunto como comerán los chinos

Estamos perdidos, vamos a morir, atacan los virus; en las farmacias se agotan las mascarillas. cuando se acabe todo esto las dejaremos en un rincón del cuarto trastero para cuando hagamos bricolaje o vayamos a una manifestación para que no nos reconozcan. Los virus son muy malos y este es nuevo; por eso la OMS y las autoridades hacen bien en tomar medidas drásticas, pero el miedo de la ciudadanía no es racional. Los medios de comunicación, que no son especialistas en medicina, están las 24 horas dando la tabarra y ya no voy al chino a tomarme el café con leche de por la mañana ¿y si les han venido de China algún pariente? Como son tan reservados.

Los chinos son los extranjeros menos problemáticos, solo trabajan y sonríen, pero no sabemos si van o vienen. No hace mucho al que está debajo de mi casa en Zaragoza le rompieron la puerta del bar por tercera vez para robarle y no paraba de reír; si hubiera sido uno de nosotros estaría cegándose en todos los santos del cielo como Willy Toledo. Cuando le pregunté por que se reía me dijo: “segulo paga; puelta nueva”.
La tasa de mortalidad del virus coronario no llega al 1%, es menos mortífero que la gripe, hay más curados que nuevos casos en los 40 países afectados. Un titular de hoy dice lo siguiente: “Se expande el coronavirus por España con 11 casos”. Debe ser la vanguardia, porque expansión lo que se dice expansión; las hordas, vendrá después, supongo. Las bolsas bajan y eso que ningún corredor de bolsa ha sido afectado. Ya está aprovechando la banca la penuria que nos está viniendo por culpa del coronavirus para decir que, tal y como están las cosas, no hay que derogar la reforma laboral última ni subir las pensiones. El nuevo gobierno lo tiene chungo; ya se pueden poner mascarilla.
Hay un video que circula por ahí que dice que este virus lo ha creado una multinacional farmacéutica para luego crear una vacuna y hacer negocio; La industria farmacéutica es muy perversa, eso ya lo sabemos, pero que haya patentado un virus y registrado legalmente este virus con la complacencia y complicidad de los grandes estados mundiales, incluida la propia China y, por supuesto, los EE: UU., es ya tener la cabeza muy amueblada. (sobre todo eso de que una empresa privada pueda patentar un virus creado en su laboratorio como si fuera el invento de la fregona (que igual es verdad), ¿alguien me podría confirmar que eso se puede hacer?
Otros aprovechan para ”arrimar la ascua a su sardina”, no sin cierta razón; cada día mueren por hambre muchísima más gente que por este virus, por sarampión también miles, o por otras enfermedades contagiosas o no contagiosas, por inasistencia sanitaria en países del tercer mundo, por guerras genocidas y no nos asustamos ni se crea “alarma social”. Hasta hay quien hace humor negro y dice que muere mucha más gente en España por culpa de las listas de espera hospitalaria que las que mueren por el coronavirus en China. Sin duda es una exageración, pues hay quien se queja de vicio.
Pero ante tanta información desinformada, yo me he vuelto estoico, flemático. Me ha ido tan bien con la Sanidad Pública, oficial, y científica, que confió plenamente en las autoridades sanitarias, aunque se pueden equivocar, no cabe duda, pero desconfío de todas las parafernalias alternativas, pseudocientíficas, sacadineros, que esas sí que juegan con el miedo y la desinformación de la gente y no curan nada que no sean los gases, las indigestiones o las resacas. No tengan miedo. Queremos viajar por todo el mundo y que vengan muchos turistas y luego nos escandalizamos si pillamos un virus o nos los traen (o los llevamos). Eso es como los que van a esquiar y se quejan de que nieve en las carreteras y que haga frío, o van de excursión a un pueblo para conocer la naturaleza del mundo rural y se quejan de que canten las gallinas o huela a ciemo.
Yo soy prudente; desde hace unos cuantos años, por estar en los sectores de riesgo, me vacuno contra la gripe y me va muy bien; no la he pillado desde entonces y no les hago caso a los “antivacunas” que me parecen supersticiosos e irracionalistas. Eso no me evita que el año pasado pillara una neumonía, que me dijeron que era un virus oportunista, como algunos políticos), de la que me atendieron extraordinariamente bien en las urgencias del “Cascajo”, y este invierno una gastroenteritis o algo parecido, que no lo sé, por qué no fui al médico pues no siempre hay que ir al doctor. Y si viene el virus este, que tiene que ser malo porque es chino (si el de la gripe española era malo, este que es chino tiene que ser terrorífico), si las autoridades sanitarias han hecho lo posible, solo nos queda echarle la culpa al diablo, rezar y pasar la cuarentena con resignación, o morir en el peor caso, aunque morir es algo tan natural como la vida misma. Y lo que es natural no puede ser malo según los naturistas.
En ese caso, si muero de este virus coronado, me podían poner un epitafio que dijere: Aquí yace uno que se reía del coronavirus”. Pero no, que me incineren y así que se mate en el horno al virus asesino ¡Que se joda, que no soy animalista! ¡Ojo por ojo!

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