sábado, 2 de marzo de 2019

ArtiCulo. España va bien.


Me ha sorprendido el artículo de Manuel Vicent en “El País”, que aparece insertado en el blog amigo “Cierzo y Niebla”, sobre la calidad de vida que se disfruta en España. Soy admirador de este periodista; de su trayectoria y de su estilo. Suele jugar a recrearse en la oposición de dualidades, tesis y antítesis; lo sublime y lo banal, o lo cotidiano y trascendente. Pero me parece muy optimista sus conclusiones; o sea la ´síntesis que propone. Según él (y agencias y periódicos muy notables y solventes de Europa),” España es el mejor país para nacer” (creo que sí), “y vivir” (no está mal); “el más seguro para viajar y salir a disfrutar” (yo pienso que también, aunque cada vez hay más gente que no piensa lo mismo). “Nuestro nivel democrático está por encima de países como Bélgica, Francia e Italia”, ahí ya me permito dudarlo, yo creo que hemos bajado del nivel de Italia, que ya es decir y por supuesto mucho más bajo que Bélgica o Francia, según creo, y por más que lo diga el The Economist; recientes estudios de la UE ponen a España en los últimos lugares).

Sigue diciendo: “Somos líder mundial en donación y trasplantes de órganos, en fecundación asistida, en sistemas de detección precoz del cáncer, en protección sanitaria universal gratuita” (estoy de acuerdo pero se está deteriorando progresivamente la sanidad), “en esperanza de vida solo detrás de Japón” (está decayendo según las últimas encuestas y estadísticas de otros medios), “en robótica social” (que no sé lo que es), “en energía eólica” (pero con un gran retraso todavía en energías renovables y dependiendo de energías importadas, aunque últimamente se empieza a mejorar).
“En producción editorial” (quizá, no lo sé), “en conservación marítima” (ya lo dudo), “en tratamiento de aguas” (con el sistema natural de acuíferos destrozado e ilegal tolerado), “en energías limpias, en playas con bandera azul “(lo mismo digo), “en construcción de grandes infraestructuras ferroviarias de alta velocidad” (pero la de baja velocidad del interior de España destartalada y abandonada).
Y lo que más me conmueve y cabrea, porque soy un producto negativo de esta España que envidia a todos los que triunfan, pues -sigue diciendo-: ”tenemos de modelo una empresa textil que se estudia en todas las escuelas de negocios del extranjero civilizado”, o sea; que tenemos como ejemplo a un empresario que se salta las leyes de su país, descoloca sus empresas de la patria a la que tanto ama, se va a los países del tercer mundo donde no le cobran impuestos, le permiten emplear y explotar mano de obra infantil, “unta a sus dirigentes”, no tienen leyes laborales que puedan recurrir los trabajadores, ni de salud laboral ni de medio ambiente, y se permite el hacer donaciones pías a instituciones de caridad como hacen en Italia los de la Camorra y otras mafias.
Sigue diciendo: “España será el país del mundo con mayor esperanza de vida en 2040”; la hecha larga.
“Sitúa a España como el quinto país con más bienestar para las mujeres” -sigue diciendo.
“Frente a la agresividad que rezuman los telediarios, España es el país de menor violencia de género en Europa, muy por detrás de las socialmente envidiadas Finlandia, Francia, Dinamarca o Suecia”; ¿tendrán razón los de VOX de que en la ilustrada Francia y en los países nórdicos se viola y mata más mujeres que aquí?
“Somos el país con menos asesinatos por 100.000 habitantes, y junto con Italia el de menor tasa de suicidios”. Es verdad y algo bueno habrá que no hay tanta gente que se quiere suicidar, y asesinatos muchos menos que en EE. UU. y otros países desarrollados que se están matando sin objetivos concretos; solo porque les da la “venada”.
“España posee una de las lenguas más poderosas, más habladas y estudiadas del planeta (es verdad, aunque luego cada uno la hable y la escriba como le da la gana, que a este paso se va a trocear como el latín) y es el tercer país, según la Unesco, por patrimonio universal detrás de Italia y China” (a pesar del que se han cargado y se están cargando por intereses urbanísticos y la escasa cultura de nuestros políticos).
Y encima, para celebrarlo, tenemos la segunda mejor cocina del mundo -según dice Vicent-. Creo que en eso acierta plenamente, yo diría que la primera, aunque no sé si en esta opinión mía influye mi chauvinismo españolista y el que no conozco las cocinas extranjeras; me gustan, sobre todo, la catalana (muy sencilla y sobria, prácticamente igual que la aragonesa o la castellana pero con nombres en catalán); la vasca (la mejor pero muy cara) y la gallega (sublime).
Por ser cenizo, y enmendarle todavía más la plana a Manuel Vicent, le diré, que sí, que el clima, las costumbres de despelote fiestero y la gastronomía nos hace ser felices a los españoles, pero, refiriéndonos solo a la UE porque por ahí fuera hace un frio que te “las pelas”; somos el país con mayor nivel de desempleo a pesar de los cinco años que llevamos ya de crecimiento económico; somos los primeros en trabajo precario, mal retribuido y no especializado; somos el país donde más ha crecido la desigualdad a causa de la crisis, donde el gasto social está por debajo de la media de la UE, donde más se ha destruido y descolocado empresas, sobre todo del sector de la industria manufacturera; donde ha aumentado la importación de productos agrícolas en un país que debería ser autosuficiente, y donde los principales pilares del bienestar del que todavía podemos sentirnos orgullosos (y es verdad porque todavía son los mejores del mundo), se están deteriorando y recortando, como la Sanidad pública, la enseñanza y las pensiones. Solo la asistencia social y la Dependencia, que es nueva en España y comenzando, se está manteniendo, incluso ampliando, aunque con gran retraso sobre lo programado.
Es decir, ni el catastrofismo que predica la extrema derecha, que tiene nostalgia de la España Imperial y del franquismo; ni el conformismo complaciente e irreal de las clases medias acomodadas.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario