jueves, 14 de marzo de 2019

ArtiCulo. Como mi pueblo ninguno.


          La última estadística de población empadronada en Samper da 821 habitantes. Los electores deben ser poco más de 600. Mi comunidad de vecinos en Zaragoza es de casi los mismos residentes, aunque es una comunidad de propietarios y no de ciudadanos, o sea, que solo podemos votar los titulares y el voto se aplica según la propiedad o “enteros” que se tienen (no es una institución democrática, aunque a veces se confunda). Al principio de ir a vivir a esta comunidad (allá por 1985) había tortazos por ser de la junta directiva, mismamente como vemos en la serie televisiva “La que se avecina”; hoy nadie quiere ser de la junta. La directiva se completa por un vecino de cada escalera correlativamente y el presidente se elije por sorteo entre ello.

          Cuando formamos la comunidad de propietarios éramos una comunidad joven que se “comía al mundo”; hoy somos casi todos jubilados; apenas hay gente joven salvo alquilados o que vienen al Actur de transición o jóvenes mal empleados que se mudan a un piso nuevo en otro barrio en cuanto pueden. El ACTUR, un barrio de vanguardia hace unas décadas, va perdiendo población, aunque mi barrio sigue siendo bueno para vivir, al menos para mí; al principio era del extrarradio, hoy es céntrico y bien comunicado; muy favorecido con el tranvía y la remodelación de la EXPO; le sobran servicios comerciales y está mejor que otros barrios en los demás servicios. No tiene problemas se saturación salvo para ir a aparcar el coche, como en todos sitios (hasta en los pueblos). Pero en algunos aspectos sigue siendo, o me lo parece a mí, “un barrio dormitorio”; hay poca conciencia de barrio.
          Tradicionalmente pertenece a un distrito donde se vota mayoritariamente a la izquierda o centro izquierda, aunque últimamente estas opciones han ido perdiendo fuelle.
          En cuanto a mi pueblo, me pregunto quién se presentará y “reñirá” por salir de alcalde-presidente y concejal o miembro de su junta directiva (concejo). Hay pocos jóvenes para gestionar, pero no es un pueblo muerto; somos muchos propietarios y residentes que además estamos vinculados por origen u otras causas a él, con fuerte “conciencia de pueblo” (identitaria, que se dice ahora). Yo no tengo propiedades rústicas ni industriales o comerciales, pero pago más tributos y tasas que en Zaragoza y me vuelvo a plantear si empadronarme de nuevo en Samper de Calanda, aunque administrativamente me lo ponen difícil. Las grandes poblaciones quieren tener también muchos empadronados para ofrecer los servicios y no tienen en cuenta que pagamos por esos servicios a través de los impuestos o directamente, estemos o no empadronados en ella.
          Ahora con lo de las placas, en Samper, va a aumentar el dinero a las arcas municipales, aunque sea poco más; La autovía acercará el pueblo al área metropolitana de Zaragoza, de hecho, ya está nuestro término municipal casi en el “corredor del Ebro” y lo terminará estando. Esto no beneficiara el empadronamiento de la población laboral activa que irán y vendrán a Zaragoza donde preferirán estar inscritos, pero seguirá habiendo propietarios que tributen en el pueblo y este se dinamizará más, aunque formalmente haya menos empadronados.
          El medio rural se está modificando, pero esto no significa que sea siempre a peor. Lo que marca el dinamismo de un pueblo o un área rural, cada vez más, no es quienes están empadronados, sino que IBI u otros impuestos se pagan, de los servicios cercanos, de los accesos  de las cercanías a las áreas metropolitanas. Eso está cambiando mucho, y va a cambiar más. Y Samper no está entre los sitios peores de la España interior.
          Si que existen y se acentuarán, si no se les pone remedio, algunas cosas; por ejemplo el de la escolarización de niños y jóvenes que realmente vivan en el pueblo, no solo se deben mantener aunque resulten más caros para la Administración, porque aunque residan menos gente en los pueblos se necesita este servicio, o el de los servicios sanitarios, enormemente complejos en las zonas rurales, pues según sea día laborable, fin de semana, verano o en otras fechas, se duplica, triplica o multiplica más la población; los poderes públicos no tienen en cuenta, en su debida dimensión, este fenómeno actual (que no solo concierne a los empadronados en los pueblos sino a toda la ciudadanía en general). Otro tema es el comercio de proximidad, terminará desapareciendo en todos los pueblos y será un problema grave para muchos de ellos, pero hoy no se le concede importancia porque creemos que siempre tendremos una tienda al lado para poder acudir a las necesidades más perentorias. No será rentable mantener este servicio. 
          El Ayuntamiento, si no se presentan voluntarios a la elección, se formará por sorteo, porque nadie querrá ser concejal y menos alcalde, y tendrán que ser remunerados en parte o totalmente si están con dedicación exclusiva porque harán un servicio a la ciudadanía. También deberán existir comisiones de trabajo voluntario con personal residente, aunque no estén empadronados, pero las decisiones de carácter institucional y municipal, como ahora y como debe ser por ley, corresponderá al Concejo elegido o proclamado.


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