No puedo recordar cuando me desperté realmente del coma que sufrí
después de un derrame cerebral, la memoria me falla más desde entonces, pero
puedo asegurar que no me encontraba mal estando inanimado y perfectamente
relajado. Seguramente era el Nirvana ese de que hablaba Buda, que es la Nada Absoluta que buscan los que hacen yoga para ser felices. Tampoco vi ninguna luz
al final del túnel, que es lo que ven los esotéricos cuando se mueren, los
suicidas y los políticos cuando gobiernan. Ni vi a san Pedro Apóstol ni a Pedro
Botero devolviéndome a la vida otra vez porque no me querían ni por el Cielo ni
por el Infierno. De todas maneras, Buenas noticias para los vagos; un estudio
serio asegura que ser vago es signo de gran "inteligencia". Los
resultados de la investigación muestran que las personas inteligentes pasan más
tiempo descansando debido a que se aburren menos.
Siempre he creído que eso de que haya unas personas más inteligentes que
otras, los test y todo eso, era un invento de los yanquis para justificar la
discriminación racial y de clase, pero me alegro que ahora se diga que ser vago
es de inteligentes. Entre otras cosas porque yo soy algo vago; siempre lo fui
aunque, como estaba mal visto, intentaba disimularlo. Ahora ya no lo
disimularé, pues resulta que se ha demostrado científicamente que los muy
activos o trabajadores son menos inteligentes. Lo dicen las universidades norteamericanas
que de psicología saben un montón y seleccionan a los más vagos para trabajar
en la CIA porque son más inteligentes.
Por el contrario, las personas menos inteligentes son más trabajadoras
ya que necesitan estimular sus mentes con actividades externas, ya sea para
escapar de sus pensamientos o porque se aburren rápidamente. No me extraña
porque los más tontos de los compañeros que trabajaban conmigo en mi empresa no
se querían jubilar. Había uno en “contabilidad”, que incluso pidió que lo llevaran
a las cadenas de los hornos del esmalte para que no lo jubilaran con antelación
(quedándole buena pensión). El gerente que teníamos (muy bueno y eso que era del Opus Dei), cuando yo era secretario
del comité de empresa, me dijo: “este hombre no es muy inteligente, va a cobrar
igual que trabajando y no se quiere jubilar".
La investigación, llevada a cabo por la Universidad de Florida, ha
analizado durante siete días a 60 estudiantes, 30 “con inteligencia alta” y 30
“por debajo de la media”. Con un dispositivo en la muñeca que controlaba sus movimientos
y niveles de actividad. Los expertos pudieron comprobar que la actividad de los
miembros del grupo de los “inteligentes” era mucho menos activa que la de los
“poco inteligentes”', o sea, que los que discurren son “más vagos que la
chaqueta´un guardia”. Los que no discurrían, los tontos, sin embargo, no podían
parar, eran muy activos y muy trabajadores. La revista científica Journal of
Health Psychology ha calificado los resultados del estudio como "muy
importantes y robustos".
Me voy a dormir y mañana será otro día.
Lo mejor las reflexiones del autor....
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