lunes, 1 de diciembre de 2014

Comentarios. Como aumentar el déficit del Estado recortando los serviciospúblicos esenciales de la población & ciudadanía.



     Lo que escribo a continuación, posiblemente no gustará a los patriotas bajo aragoneses de lo políticamente correcto, pero como lo pienso lo escribo:

     1º.- la N-232 entre el Burgo y Alcañiz, sobre la cual se habla siempre que hay algún muerto, en un uso torticero del dolor de las familias.  Todas las estadísticas demuestran la baja siniestralidad de esta carretera y su bajo volumen de tráfico (incluso en las fechas  más señaladas).  Sin embargo, con 3.752 vehículos/día se sigue reclamando un desdoblamiento que sólo tiene sentido a partir, al menos, de 20.000 vehículos/día.  Eso sí, la inversión de desdoblar la N-232 entre El Burgo y Alcañiz supondría una inversión de 270 millones de euros…que sacaríamos del tan denostado déficit público y que dejaríamos de invertir en otras cosas absolutamente necesarias, empezando por nuestro recortado y esclerótico Estado del bienestar: educación, sanidad, pensiones, y dependencia.
     2º- Motorland, un circuito de carreras público, donde se invirtieron al menos 100 millones de euros para su construcción, a cargo del déficit público, y donde cada año hay que meter otros  7 millones de euros para cubrir las pérdidas de explotación.  Eso sí, se nos asegura que el efecto multiplicador es de 21 millones de euros…si tenemos en cuenta que el Ayuntamiento de Alcañiz tiene un presupuesto anual de 12 millones de euros (casi la mitad) y con eso genera 150 puestos de trabajo directos y a tiempo completo (sin contar el efecto multiplicador), Motorland tendría que generar por sí solo, al menos de manera indirecta,  más de 300 puestos de trabajo a tiempo completo…y mucho me temo que no estamos en esas cifras.  De hecho, Alcañiz tiene registrados 1.372 parados/as en mayo de 2014, una cifra en línea con otras ciudades medias aragonesas (Ejea, 1.433; Calatayud, 2.057; Utebo, 1.477; Tarazona, 1.003; Barbastro, 1.360).
     3º.- El Hospital de Alcañiz. Las cuentas son claras: un hospital construido mediante licitación de obra cuesta unos 80 millones de euros; asumiendo que el Gobierno de Aragón igualmente tuviera que acudir a un préstamo a 20 años, el coste financiero final de la operación podría rondar los 115 millones de euros; en cambio, se nos plantea una fórmula “público-privada”, donde las arcas públicas terminarán gastando 561 millones de euros…absolutamente aberrante, desde cualquier punto de vista que se mire, incluso para quienes tanto promueven la “eficiencia” de lo privado y el “despilfarro” de lo público.  Una prueba más de que la privatización del hospital de Alcañiz responde a un criterio ideológico y no financiero ni de gestión, que lo que se busca es un ingente trasvase de dinero público a unas pocas manos privadas, sin importar lo que se pierde por el camino, lo que deja de hacerse con ese volumen de dinero y quienes son los perjudicados por ello.

     El caso “saqueo de Plaza”, lo de La Muela, las cuentas de la Expo (¿se saben ya?) Cuadros de Goya pagados por encima de su valor de mercado, subvenciones millonarias a industriales que se gastaron la pasta en chaletes y coches de gama alta, o que “cogen el dinero y corren”; contratas adjudicadas y prorrogadas con singular alegría, carísimos programas informáticos que no chutan, lo de denominaciones de origen ful... En ese barro estamos, y tenemos que pagar la deuda, mantener la Sanidad Pública, garantizar la enseñanza Universal, las pensiones, los servicios sociales, las Administraciones Públicas, el mantenimiento de las carreteras y ferrocarriles, el patrimonio Histórico, las prejubilaciones de la banca y su rescate… no hay para mucho más aunque se consiguiera acabar con la corrupción.

 

Mientras, nos enteramos que la Cámara de Cuentas, seguirá sin tener facultad sancionadora como nos había prometido la presidenta Luisa Fernanda Rudi; es decir que se quedará en una Cámara de "quiero y no puedo y que bonita soy pero que poco aprovecho". Con apenas tres millones de presupuesto, con poco personal y sin facultad sancionadora, la Cámara de Cuentas es una mera institución decorativa. Que miedo tienen a una fiscalía eficaz; que pueda sancionar la corrupción y las irregularidades administrativas.

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