miércoles, 11 de junio de 2014

ArtiCulo. Asambleísmo, listas abiertas y elecciones municipales en Samper.

Últimamente vienen apareciendo cada vez con más fuerza el que los partidos políticos elijan a sus candidatos a las elecciones en listas abiertas; es decir que en cada circunscripción electoral la dirección de un partido político y cualquier afiliado pudiera, con un mínimo de apoyos, presentarse para aparecer como candidato de ese partido, por esa circunscripción.

          Siempre fui partidario de ese sistema, especialmente en este país en que las candidaturas son cerradas y los partidos han dado muestras de cierta esclerosis democrática. No solo debería serlo para elegir al cabeza de lista; también para elegir al conjunto de la candidatura. Sin embargo hay muchas cosas que a mi modo de ver no están resueltas en esto de las listas abiertas y que se plantean, a mi modo de ver con cierta frivolidad.
          Una de ellas es que las listas se quiere que estén abiertas a quienes no son afiliados al partido que se presenta. Eso me parece una excentricidad demagógica, además de una falta de respeto a quienes son afiliados a un partido y vienen pagando su cuota regularmente. Yo no soy afiliado a ningún partido político; por lo tanto voto al candidato o lista que uno me presenta; no tengo por qué exigir el derecho a proponer candidato. Otra cosa son listas o candidaturas de independientes sin ideología ni programa que se unen como alternativa dispersa a los partidos. Más allá de pueblos o ciudades pequeñas esto no ha dado resultado, como viene siendo habitual. Lo que son candidaturas convencionales, de partido, con programa e ideología, tienen que ser el conjunto de los afiliados los protagonistas de la conformación del candidato/a o de la candidatura.
          ¿O yo me presento a las primarias del PP (partido al que no voy a votar nunca), para elegir sus candidatos?
          Otra cuestión sin resolver, en los grandes partidos que representan a miles de votantes, es como se da satisfacción a las minorías de ese sector social; esa no es una cuestión baladí. La sociedad es muy plural y los partidos democráticos son representativos de sectores sociales que a su vez son también muy plurales. La realidad es que en la mayoría de los partidos que no reconocen las tendencias ni las facciones (que son la mayoría, salvo la Chunta e IU), lo resuelven de manera burocrática, en negociaciones de despacho, ocultas a su propia militancia y simpatizantes que les votaron, y la mayoría de las veces con “puñaladas traperas” entre ellos, marginando a los más débiles o perdedores. Esto lo tendría que tener en cuenta también esa nueva formación emergente que es PODEMOS para no reproducir a la larga los defectos burocráticos y autoritarios del PP, del PSOE y de otros partidos; a lo mejor lo tiene en cuenta.
          Yo me he vuelto muy cómodo, como soy algo ideologizado me fijaré en el programa con que se presente el partido y me fijaré también en aquellos que más coherentes hayan sido con lo que prometían a lo largo de los últimos tiempos. O por lo menos más serios, aunque parezcan sosos. Sin más comeduras de coco. Mentirosos, charlatanes de plaza y vendedores de humo ya hemos tenido bastantes. Por mí no saldrían más.
          En cuanto a Samper; si se juntaran los votos de Podemos, IU, la Chunta y de algún partido raro más, podrían sacar varios concejales y animarían el muertecino cotarro samperino. El problema es el PSOE; este partido, a nivel local, no solo recibe los votos de la izquierda ortodoxa y alternativa (en las municipales), sino de gran parte del personal que ideológicamente es de centro derecha. No veo yo que esté muy quemado el PSOE en Samper. A su derecha no hay casi nada seductor, por lo menos de momento, y a su izquierda tampoco aparece nada que sea atractivo y de confianza de hacerlo mejor. Por ahora también.
          Criticar es fácil; Eso lo hago yo en este blog, en el bar y en los foros de alcahuetería de Internet; que chafardiar, charrar y escribir es fácil; lo difícil es ponerse a trabajar, hacerlo mejor o por lo menos contentar a casi todos. Eso es muy difícil y hay que currar muchismo. Además los que lo hagan, si ganan, ya se pueden preparar; los va a poner a “parir” los de la oposición, que la política es muy sectaria y muy cruel. Les buscarán las cosquillas por cualquier falla que les encuentren y si lo hacen bien no se lo van a agradecer porque habrán cumplido con su deber. 

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