viernes, 27 de septiembre de 2013

Comentario: los políticos están mal, pero la banca rebusca que rebusca y no encuentra.


Azuara

En Azuara, que tienen una iglesia casi tan grade como la de Samper, son igual de insólitos que nosotros, pues tienen juntas la “Calle de la Iglesia” y “la Plaza de la Iglesia”. Lo mismo que en nuestro pueblo. Si no se lo creen vayan alrededor de nuestra Iglesia y verán que estoy en lo cierto.


Yo no me lo podía creer una tarde que había bebido mucho vino y no me aclaraba buscando una peña por esos andurriales, me dijeron: “Plaza la Iglesia”, pero por allí no había nada más que cierzo. Fui a la mañana siguiente, que ya andaba despejado y vi que era cierto; que tenemos Plaza y calle de la Iglesia, aunque pregunto a muchos del pueblo y dicen que no les consta, que solo está la Plaza de la iglesia o la calle de la Iglesia, y que no hay, en Samper, dos calles dedicadas a Santa Quiteria. Que yo deliro y no soy nada riguroso con lo que escribo.

Nos puede pasar lo que les ha pasado a los de Azuara, que llegaron los del banco, el juez y la mudanza
a desahuciar la vivienda por impago; se llevaron los muebles sin estar los vecinos presentes ni los anti desahucios para que los defendieran y atrancaron la puerta.

Llevaban bien apuntadico el número, los alguaciles, pero no ponía si era calle o plaza; así que entraron en casa equivocada y no dejaron más que un baúl y un colchón sin sábanas ni mantas. Los muebles no se los dieron a los pobres como sería de caridad; parece ser que los tiraron a la basura.

Hay que andarse con cuidado con estas cosas.  

Lo mismo que cuando abrimos una cuenta en un banco. Hay quien la abre y se olvida. Yo tenía varias para realizar pagos pero cuesta un huevo el mantenerlas. Todavía me acuerdo cuando te pagaban por abrir una. Ahora que ya nos han convencido a todos, te cobran; luego te puede pasar como a ese de Cadrete que se encuentra en la lista de morosos -que es ser considerado como antes, cuando te ponían en la lista negra de vagos y maleantes- y le iban a embargar la cuenta buena porque, la mala, la tenía en “números rojos”, que se le había olvidado que la tenía (con 1 céntimo de euro de deuda contando los intereses). El banco cumplió con su obligación pues son muy eficaces y puntillosos, aunque el imputado por el fragante delito está molesto, pues somos muy sensibles en este país.

No creo que los funcionarios, los del banco y el de Cadrete sean unos
irresponsable, porque, ojo, que despistes y olvidos de estos nos pueden pasar a cualquiera. Y no hay que sacar las cosas de quicio, ni los unos ni los otros.

Supongo que la Administración, con sentido de culpa, desgravará al de Cuarte en la próxima declaración de la renta, para resarcirle del daño moral que le ha causado, y a los inquilinos que han sufrido el desahucio equivocado les compensarán económicamente, les comprarán muebles nuevos y la entidad bancaria los invitará a algún crucero por el mediterráneo. Que menos, ante un error de este tipo.

Leer lo de Cadrete... 

Con la crisis aparece el vandalismo

A la sorpresa e indignación inicial de la familia se sumó el hecho de descubrir que, lejos de ser almacenados, sus enseres habían sido tirados al vertedero municipal. Y más aún, que lo que había podido ser aprovechado lo había sido por algunos vecinos, que acudieron a la escombrera a recoger bicicletas o electrodomésticos y a los que en ese momento no se vieron con fuerza legal ni moral para reclamar. Entre los bienes inventariados figuran equipaciones de esquí, bicicletas de montaña o raquetas de tenis.

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